¡Jálalo que es pargo!

No sólo se puede… ¡se va lograr!

 

Por Jacko Badillo

Si algo tenemos los acapulqueños es que sabemos sobreponernos a las adversidades, aún en las peores condiciones. Históricamente la naturaleza misma nos ha puesto a prueba, incluso de manera despiadada, como ocurrió, por ejemplo, en 1997 con el huracán Paulina, en donde demostramos realmente de lo que estamos hechos.

Ante la devastación por el fenómeno natural, un ejército de ciudadanos, hombres y mujeres, jóvenes, niños y adultos mayores, salieron a la calle a sumarse a las tareas de rescate, asistencia y reconstrucción, aportando los recursos a su alcance, su esfuerzo, coadyuvando con las autoridades de los tres ámbitos de gobierno, y el resultado es de todos conocido: Acapulco se levantó.

Por eso estoy plenamente convencido de que la situación tan complicada por la que estamos atravesando como ciudad no será eterna. Creo, firmemente, que el fenómeno de la inseguridad y la violencia se tiene que acabar, que lo podemos hacer. Cierto, de repente se complica y de repente como que se repliegan los delincuentes que han provocado este clima incierto, pero la gente sigue en la incertidumbre.

Desde siempre he venido sosteniendo que mientras no se tomen medidas radicales y se actúe con inteligencia y estrategia, no se podrá avanzar en el combate a este problema que lacera a los acapulqueños en general. Acciones concretas, utilizando los adelantos tecnológicos y cuerpos de seguridad entrenados y capacitados para combatir y erradicar a quienes han tomado como rehenes a los acapulqueños, es lo que se requiere. Basta ya de simulación.

No podemos seguir viviendo con el miedo a flor de piel. No es justo que sigamos siendo víctimas de esta sicosis que ha hecho a muchos empresarios bajar las cortinas, a muchas familias incluso abandonar sus propiedades y huir a otras partes del país y el extranjero. Como en las peores desgracias, los acapulqueños debemos sacar la casta, dar el todo por el todo. ¿Creés que Acapulco puede? Yo no solamente creo que pueda. Yo digo que Acapulco ¡Lo va lograr!
Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!