• Lo vamos a lograr

Quienes me conocen bien, aquellos que han convivido conmigo, con quienes he tenido oportunidad de una buena conversación, de compartir proyectos, aulas de clase, o los compañeros del gremio empresarial a quienes he tenido el privilegio de representar desde organizaciones en las que me han dado su confianza, saben que si algo me caracteriza es la persistencia y la disciplina.
Nunca me doy por vencido, de eso pueden estar completamente seguros. Como también saben que nunca he necesitado un cargo público o un puesto en el gobierno para poder ayudar a mis semejantes. Desde que Dios me lo ha permitido, lo hago con gusto y lo voy a seguir haciendo.
Nada es más gratificante y no hay mayor recompensa que ver una sonrisa en el rostro de un niño por un juguete recibido; en una madre observar la alegría de tener algo que llevarle de comer a sus hijos; de una familia que tiene la posibilidad de mandar a sus cachorros a la escuela con útiles escolares nuevos o que puedan recibir agua gratis en sus hogares, sólo por citar modestos ejemplos. Son bendiciones que no tienen precio, que me llenan de satisfacción y me motivan a seguir adelante.
Por eso más allá de cuestiones políticas o colores partidistas, estamos decididos y seguiremos insistiendo en que las cosas en nuestro querido Acapulco tienen que mejorar; que el tema de la seguridad está por encima de todo, por más que nuestros gobiernos no lo entiendan o no lo quieran aceptar, cobra sentido la frase que hemos acuñado de que “con seguridad, todo; sin seguridad, nada”.
Lo que más me complace es que en este propósito no estamos solos. Cada vez son más los amigos, conocidos, gente de la sociedad civil, profesionistas, empresarios, académicos, políticos (¿por qué no?), jóvenes, amas de casa, trabajadores, gente del campo, del mar, transportistas, líderes naturales, sindicales, entre muchos otros, los que se han ido sumando a un gran movimiento cuyo objetivo es justamente ese, sacar adelante a Acapulco, haciendo la parte que nos corresponde, cada uno desde nuestras trincheras, con pasión, con amor y con valor por nuestro puerto, como buenos acapulqueños. No tenemos la menor duda de que si nos unimos todos, coordinamos esfuerzos, Acapulco “lo va lograr”.
Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!