NUNCA HAN RECUPERADO NI EL POLVO

 

La Casa de Moneda, ubicada en Paseo de la Reforma, ha sido asaltada en cuatro ocasiones.  Los tres anteriores hurtos, fueron comprensibles pues no existía la Guardia Nacional, policía de primer nivel, puesta en operación el pasado 30 de junio por López Obrador, con la cual, con un simple chasquido, o el simple deseo,  no sólo brindará seguridad en todo el país,  sino la garantizará. ¡Ajá!

Obvio, para el tabasqueño el robo valuado en más de 55 millones de pesos, no fue al organismo descentralizado de la Secretaría de Hacienda, sino  a la tienda de la Casa de Moneda; sin embargo,  haya sido como haya sido, sucedió como resultado de la inseguridad, corrupción e impunidad que priva no sólo en la Ciudad de México, sino en todo el territorio nacional.

Lo único que faltaría es que justificara a los asaltantes y les dijera que hacen bien porque son pobres;  o culpara a las pasadas administraciones, de la misma manera que  lo hace siempre que las situaciones lo rebasan, tanto a él como a la administración de Claudia Sheinbaum, gobernadora de la capital del país.

El primer asalto a la institución del gobierno mexicano que resguarda y distribuye monedas, así como otros objetos se perpetró en 1739, la mayor parte de la plata sustraída nunca fue recuperada, pese a que 28 personas fueron detenidas, entre ellas, los supuestos responsables. Nada ha cambiado.

En 2017, delincuentes robaron de la Casa de Moneda aproximadamente 4.87 millones de pesos mediante compras simuladas en las sucursales de Altavista (esta tienda ya fue cerrada después de eso) y Paseo de la Reforma.

El año pasado, durante la remodelación de la tienda, entraron cuatro hombres que se llevaron monedas de plata y oro. Nunca han recuperado ni una sola de las monedas, a pesar de que son sabedores de que en el mercado negro se pondrán a la venta.

De acuerdo con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana y del mismo López Obrador, la Guardia Nacional marcaría el inicio del fin en el mismo momento en que se pusieran en las calles a los 70 mil elementos, a pesar de que 12 años no han sido suficientes para demostrar la infructuosa lucha por parte del Ejército.

La inseguridad que se vive en el país y que agobia a millones de mexicanos en sus diferentes facetas, exige algo más que militarizar el territorio. Demanda un verdadero Estado de derecho que proteja la vida cotidiana de los ciudadanos y respete sus derechos fundamentales con base en la ley.

Mientras el Estado de derecho continúe debilitado, producto de la violencia, corrupción e impunidad que afecta a millones de mexicanos, difícilmente la Guardia Nacional será la salvadora y por ende, López Obrador nunca podrá ungirse como el mesías que devolvió a este país la paz.

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