Como era de suponerse al trascender que autoridades norteamericanas investigan al expresidente Enrique Peña Nieto por un presunto soborno en la compra-venta de la empresa Fertinal, realizada por Petróleos Mexicanos en 2015, en su cuenta de Twitter, el exmandatario rechazó categóricamente las acusaciones en su contra.
Y agregó: “no es la primera vez que se pretende inculparme de mala fe y sin fundamento alguno. Por supuesto, mienten”.
Esta situación me despierta sentimientos encontrados. En primer lugar entristece el saber que sea nuevamente el gobierno norteamericano el que comience una investigación que a todas luces debería corresponder a las autoridades mexicanas, pero obvio son incapaces.
Por el otro, me da gusto saber que López Obrador incumplirá una más de sus promesas de campaña.
Pero, además, este nuevo giro, reafirma la posibilidad de que, efectivamente, haya existido una negociación en las pasadas elecciones para que semejante pepinazo llegara al poder.
También, resultó muy conveniente ante todo lo que sucede en este país, que se lanzara esa cortina de humo, aún más cuando el peligro de una revocación disfrazada de reelección se encuentra latente.
Por todos es sabido que en México, nada se hace a espaldas del Jefe del Ejecutivo, así que cuando el río suena es que agua lleva.
A decir del diario El Universal, autoridades de Estados Unidos investigan a Peña Nieto por el presunto soborno en la compra-venta de la empresa Fertinal.
El nombre del expresidente se menciona en la documentación entregada por un “informante” al Departamento de Justicia de EEUU, a la Comisión de Bolsa de Valores de Estados Unidos y agencia del gobierno de ese país.
De acuerdo con la documentación, Peña Nieto recibió sobornos para que el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, pagara 635 millones de dólares por Fertinal, “cuando esta empresa era efectivamente insolvente, con cientos de millones de dólares en deuda”, y que dañó el patrimonio de la petrolera y al erario.
Curiosamente, Fertinal se encontraba en quiebra, pues tenía una deuda bancaria de 264 millones de dólares y que sólo disponía de 12 mil dólares de efectivo en cajas.
Pero ¿por qué Estados Unidos?, por la simple y sencilla razón que Pemex cotiza en la Bolsa de Valores de Estados Unidos, por lo que se sujeta a sus leyes.
López Obrador, quien siempre tiene otros datos, dijo que el gobierno norteamericano no le ha notificado a México sobre la investigación contra Peña Nieto, seguramente porque les interesa un comino hacerlo.
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Saludos cordiales
Alejandra Munguía Cambrán
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