
La actitud insolente en Jacinto González Verona radica en sus debilidades reprimidas al interior y al exterior de su personalidad, de lo que adolece entre la frustración y el trauma convertido en una nueva generación totalmente improvisada.
“Define eres coche o camioneta” es la radiografía en la psicoterapia directa en los profesionales de la medicina, en coincidencia con las formas desafiantes de un morenista que en vez de sumar, divide y pone evidencia a los actores del partido.
Las debilidades reprimidas de Jacinto son una actitud en común producto de la improvisación por la falta de admisión y capacidad moral, por lo que convierte un escenario de controversia en declaraciones fuera de los preceptos de Morena.
El dirigente no conoce los principios y el significado de identidad y respeto, particularmente con el género femenino en vociferar abiertamente sin medir consecuencias y se le olvida que con las siglas de Morena gobierna una mujer.
Constantes son las declaraciones en una posición beligerante en González Verona, sin que la propia militancia y los actores le sugieran actuar con prudencia, toda vez que esos actos reprobatorios ponen evidencia a Morena como un todo.
No conozco a ningún dirigente partidista que ponga entredicho a sus autoridades, gobernantes y representantes populares en turno en evidencia como la desafachetez perversa de Jacinto por encima de los excesos egocéntricos y de soberbia.
En reacción, a la anterior, actores desde el Poder Ejecutivo y Legislativo no comparten la actitud provocadora del supuesto liderazgo en Morena, aunque también se reservan a la crítica con el libertinaje en extremo de un dirigente improvisado.
No obstante, que cierta militancia reprueba a Jacinto González quien se desvía de los principios y el legado de un movimiento que se construyo en base a un modelo de transformación que se refleje en los verdaderos cambios de actitud y juicio.
“Jacinto presume de lo que más adolece por ser un dirigente insolente”, fue respuesta directa a los actos desafiantes de un seudo actor lleno de complejos y miedos reprimidos, sin que haya formas de trascender su frustración política.
A manera que el líder morenista en Guerrero carece de personalidad al igual que la privación de sentido humano y moral, por lo que su actuar antes de pensar es abiertamente a la destrucción en vez de construir el desafío del partido.