
Mientras que Luis Donaldo Colosio considero erradicar la viejas prácticas de la corrupción en un discurso de fondo sobre el verdadero cambio en el país, el PRI aún no entiende los legados de aquel entonces candidato a la presidencia de México.
Son 31 años del crímen de Estado y el tricolor continúa en el retroceso por diversas diferencias y desencuentros al interior, sin que haya consciencia y predicar con el ejemplo con el trasfondo de aquel discurso lleno de esperanza para los mexicanos.
De los variados legados y tesis de Donaldo Colosio , actualmente no tienen vigencia, el PRI a través de los actores políticos se encuentra aún más ocupado en la sobrevivencia de los cargos, que llevar a la práctica el mensaje del cambio.
Los excesos de ambición, oportunismo y rivalidad es el centro de un partido que dejo de ser Poder de Estado, producto a la división dentro y fuera en aquellos priístas que les ha ganado más el interés personal que los principios de gratitud y lealtad.
“Los priístas no tienen nada que celebrar porque no tienen memoria de aquel mensaje de Colosio a favor de los más pobres de México”, fue la opinión y el comentario encontrado ante los discursos vigentes con letras llenas de mentiras y simulación.
Que mejor evidencia de ingratitud que por capricho e interés personal se han fugado por la puerta de atrás, dejando a un lado el principio y el sentido de pertenecer a un partido que les dio a manos llenas de prestigio y privilegios de poder.
“De que unidad hablan o convocan, solo es un partido de unos cuantos ambiciosos y oportunistas”, fue otra respuesta directa a los que aún siguen convertidos en factor de individualidad, sin que la nuevas generaciones tengan cabida.
Luís Donaldo al igual que otros actores políticos, en el caso, de René Juárez Cisneros integraban en el discurso del cambio y de oportunidad a los nuevos cuadros, que fueran los que construyeran el escenario de la transformación para la nacion.
Al igual que los viejos que se convirtieran en pilares verdaderos de factore de unidad, lo que solo quedo en un discurso de esperanza y que en el presente en el PRI no haya oportunidad generacional, sino, la conyuntura para unos cuantos.
Y efectivamente la miseria no radicaba en el interes por erradicar la marginación y pobreza, sino que estaba penetrado en cuerpo, mente y alma del régimen corrupto, lo que fue el inicio del contexto de un crímen de Estado pronosticado.
De tal manera, que han pasado 31 años del artero asesinato de Luis Donaldo Colosio y aún el PRI no ha reflexionado y menos analizado, lo que por derecho y principio debe asumir, sin dejar a un lado la ambición, el oportunismo y la pugna entre ellos.
Solo deben preguntarse que si es el mejor el interes personal y familiar, que construir y heredar a las nuevas generaciones un escenario con mejores formas en dirección a un cambio en la que radique un estado de conciencia diferente.