Enfoque || Los partidos políticos en Guerrero convertidos en “hotel de paso”

 

Carlos Díaz Figueroa

La situación de puertas abiertas en los partidos políticos al interior y exterior de ellos continúan siendo sedes donde entran y salen como en los hoteles de paso, más allá de interés es por los excesos de ambición, oportunismo y rivalidad.

Y efectivamente existe la coincidencia en que los políticos no tienen lealtades y que lo único que radica en su actuar es la búsqueda de sobrevivir en la politica, brincando de uno a otro partido por no lograr sus ambiciones personales.

De verguenza es lo acontecido recientemente y en otras ocasiones como algunos actores partidistas han tomado una decisión de emigrar y percibir la falta de sentido de pertenencia e incorporarse a otras ideologías desviando principios de ética.

La ambición se convierte en un enigma común en aquellos que no aceptan y entienden que los ciclos tienen plazos, que no todo es para siempre y que la mejor forma de admisión es la reivindicacion con los tiempos actuales generacionales.

“No tienen llenadera ahora hasta que los familiares por deseos de codicia los quieren de candidatos”, fue una coincidencia en la opinión compartida en los centros de reunión, al señalar que el “pueblo ya no quiere las mismas caras de siempre”.

La ambición, el oportunismo y la rivalidad es el arma del chantaje, solo por citar a un Sofio Ramírez y Alberto Catalán, entre otros, que actúan de manera infantil; como los niños que levantan sus canicas y ya no quieren jugar.

Es tanta la perversidad que ahora la opción de sobrevivencia está en la cuarta transformación, aunque no les alcanza entender que en ese proyecto solo tienen cabida aquellos que han invertido tiempo, dinero y esfuerzo “democrático”.

Bien decía el ex gobernador René Juárez Cisneros que los viejos políticos deberían convertirse en factores de unidad con las nuevas generaciones y también en otra tesis de pronóstico Ruiz Massieu adelantaba o cambiamos o nos cambian.

Lo que actualmente es evidente es que los ambiciosos y resentidos entre el empacho por el poder es una actitud de oportunismo por no lograr sus deseos personales, inclusive, familiares en la que no hay moral ni gratitud y lealtad.

En Morena no se descarta también que en breve se perciba similar, lo que acontece en lo particular en el PRI y PRD, producto de los jaloneos con sus reuniones clandestinas haciéndole contrapeso lo que tienen el control politico del estado

Los partidos políticos están convertidos en sedes como los hoteles de paso entran y salen, sin que conozcan la verguenza, reclamando derechos de ingratitud, de lo que en su momento tuvieron correspondencia de privilegio y prestigio.