Enfoque || Lealtad, virtud en unos cuantos actores políticos

 

Carlos Díaz Figueroa

Se dice que en política no hay lealtades y que solo existe el interes de grupo, personal e inclusive familiar, aunque no todo puede ser ingratitud, por que hay quienes han mostrado el afecto y el sentido de pertenecía en el entorno politico.

A lo anterior ponemos el referente a la actitud de ingratitud y reprobatoria que asumieron Alberto Catalán y Ernesto Franco al incorporarse a las filas priístas, ambos cuadros y formados políticamente al lado de su líder moral Angel Aguirre Rivero.

En su oportunidad, el ex Gobernador de Guerrero dejó en claro su postura en referencia, al indicar que ambos perfiles ex perredistas siempre han tenido la libertad plena de decidir, toda vez que no son de la propiedad del aguirrismo

No obstante, Angel Aguirre Rivero no comparte tal decisión, en el caso, propio de Alberto Catalán a un partido del que renuncié por la falta de prácticas democráticas, lo que motivó que fuera el candidato de la alianza opositora en el año 2011.

Sin embargo, con un criterio político de amplía madurez, el ex mandatario guerrerense, respeta la decisión y la libertad quienes emigran y al igual aquellos que se incorporan a otras filas partidistas, por más aciertos o errores de valor presentable.

En congruencia, Aguirre Rivero su postura está basada en apego al proyecto de la izquierda mexicana, al considerar que de ella, ha sido lo mejor que le ha ocurrido al país en los últimos años, de lo que en Guerrero aún esta vigente.

Por eso, el afecto y la lealtad es una virtud, porque sin ella no hay honor, no hay compromiso ni verdadera convicción, es decir, el sentido de pertenencia se demuestra no sólo circunstancial, sino que tiene más valor en las acciones políticas.

Aunque muy contados existen politicos de calidad, surgido de liderazgos que han sumado voluntades con dirección a la lucha política, manteniendo fieles a sus ideales, mientras quienes la traicionan terminan perdiéndose en la intrascendencia.

Sin entrar a la descalificación y al señalamiento, cabe reconocer que efectivamente el PRI actualmente se encuentra a nivel nacional, en el peor momento de su historia, con un dirigente proclive a la simulación y a la falta de democracia.

En este momento, Angel Aguirre no pertenece a ningún partido ni esta con la ambición de afiliarse a algún instituto político nacional, pero su convicción respalda las políticas de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.