Enfoque || El sentido de humildad y moral…

 

Carlos Díaz Figueroa

No se requiere aparentar en un bajo perfil ni en austeridad para caminar con la mirada de frente, sin ocultar en el centro real lo que es evidente en el dominio público y la vida privada, aunado a ello, por delante el sentido de humildad.

Lo anterior, en la imagen en el terreno público y privado en la Diputada del PAN en el congreso local, Maria Irene Montiel Servin quien además del oficio legislativo, prepondera en ella aspectos íntegros de orden y calidad en su caminar.

Más que por territorio y escritorio, la legisladora transita enumerables calles al igual en transportes públicos de cara a la realidad, donde la etiqueta o investidura de Diputada no le impide estar en el mundo de la igualdad y en las coincidencias.

Austeridad y bajo perfil a veces es de apariencia y simulación, por ello, es la percepción de humildad de Montiel Servin, quien es la única que transita en un vehículo modesto a comparación de los excesos de lujo de los demás diputados.

No ha sido de sorpresa lo que he constatado en varías ocasiones verla caminar por las calles, sin escoltas de seguridad al igual arriba de las combis, es decir, sin caer en los excesos por el derecho constitucional en calidad de legisladora.

La constancia y perseverancia en el escrutinio público y privado tiene dirección de causa y razón, bajo principio y sentido de pertenencia en el entorno de la igualdad, lejos de complejos de superioridad a lo que significa la humildad.

Ese referente moderado en la Diputada también está reflejado en el trabajo variable y eficiente en las comisiones legislativas que están integradas, dando certeza en la construcción de los acuerdos y consensos para consolidar el tema legislativo.

Ciertas referencias obedecen en un ejercicio dentro y fuera del contexto de representación popular a través del comportamiento y la conducta para caminar de frente, sin que caer en la desproporción egocéntrica y de soberbia

En congruencia, cabe reconocer el oficio de calidad moral en la diputada Maria Irene Montiel Servin, bajo los principios de ética en su imágen pública y privada, de la que debe estar orgullosa en su actuar con el sentido de humildad