Roberto Santos // Todos sabemos que en política no hay coincidencias y que los gestos importan tanto como las palabras.
El mensaje que mandaron los coordinadores del Senado y de la Cámara de diputados fue claro.
Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum caminaba hacia Palacio Nacional, el bloque de sus adversarios optó por un mensaje visual contundente al fotografiarse con Andy López Beltrán.
Con este gesto dejaron claro con quién están aliados y a quién le dan la espalda.
Tampoco fue un descuido ni un acto fortuito.
La imagen fue calculada, diseñada para enviar una señal de poder y desafío, cuyo simbolismo muestra que el machismo está más arraigado que nunca.
El desafío es claro y directo, reflejo de que en el país la sucesión presidencial es un campo de batalla permanente, donde cada movimiento cuenta, y esta secuencia de instantáneas es prueba de ello.
Así, los tiempos políticos se adelantan y las lealtades se exhiben sin tapujos.
En esta guerra de símbolos, la pregunta no es quién está con quién, sino quién está contra quién.
Posteriormente se supo que el
Senador Manuel Velasco se reunió con Adán Augusto y con Ricardo Monreal para mandarle una disculpa a la Presidenta, pero el golpe ya había sido dado.