Roberto Santos // El senador Félix Salgado Macedonio ha decidido, al menos por ahora, bajarse de la contienda rumbo al 2027.
Con una declaración que pretende disipar rumores, el político guerrerense cierra el capítulo de su posible candidatura a la gubernatura, asegurando que su lealtad a Morena y la Cuarta Transformación está por encima de cualquier aspiración personal.
Ya se veía venir la presión de la presidenta Claudia Sheimbaum después de que en el Senado no le aprobaron la ley contra el nepotismo.
Está claro que en política las decisiones no se toman en el vacío, y menos cuando se trata de un actor con su peso específico dentro del movimiento morenista.
Y que tampoco es la primera vez que Salgado Macedonio modula sus aspiraciones en función de los tiempos políticos, y que su anuncio deja abierta la posibilidad de un regreso futuro, cuando el escenario le sea más favorable, si logra mantener el peso político que actualmente tiene.
Y es que la política dentro de los partidos no solo se rige por las aspiraciones individuales, sino por un equilibrio de fuerzas donde la disciplina y la cohesión también son relevantes.
El mensaje de Félix Salgado donde reafirma su pertenencia a la 4T, envía una señal de que no será factor de fractura ni de salidas abruptas.
Y esto seguramente será bien valorado por la presidenta Claudia Sheimbaum, para quien la consolidación del proyecto de transformación parece ser su prioridad.
Por eso la lealtad de Félix Salgado será un activo político tan valioso como la influencia territorial.
Claudia Sheinbaum ha sido enfática al señalar que la transformación está por encima de los intereses individuales, reafirmando así la idea de que en Morena las candidaturas son una responsabilidad que responde a la estrategia general del proyecto que encabeza.
Por su parte, Salgado Macedonio a lo largo de su carrera ha demostrado que entiende el tiempo y el mensaje político.
Su decisión de bajarse de la contienda no es necesariamente un retiro, sino un repliegue estratégico.
Claro está que el Toro no renuncia a su capital político ni a su protagonismo dentro de Morena en Guerrero, sino que redibuja su papel en la coyuntura actual.
El 2027 está lejos, pero el 2033 ya está en su horizonte.
En política, los movimientos no siempre son definitivos, y en muchas ocasiones, una aparente retirada es solo la antesala de un regreso más calculado.
Por el momento veremos cómo cambia el escenario político y quienes serán los actores que será llamados a escena.
Preparen sus palomitas y el refresco de su preferencia, porque esto apenas empieza.