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Tres partidos en menos de un año.
Bueno, en Morena todavía no se ha afiliado. El dirigente estatal de ese partido en el estado, Jacinto González Varona, declaró recientemente que en Morena no recibirán cascajos.
Mario Moreno Arcos sólo fue utilizado en el PRI y en MC por su verdugo político histórico, el ex gobernador Héctor Astudillo Flores.
En 2021 y luego de perder la elección de gobernador ante Morena, Mario Moreno alzó la mano para dirigir el PRI estatal, pero ese cargo ya estaba reservado para un personaje más cercano al ex gobernador de marras y que en el sexenio 2015-2021 fungió como su jefe de Oficina. Me refiero a Alejandro Bravo Abarca, quien actualmente funge como diputado local del PRI.
El oriundo de Izotepec (localidad perteneciente al municipio de General Heliodoro Castillo) hizo berrinche, pero al poco tiempo se volvió a cuadrar con su amigo del alma. Es más, compró un pleito que no era suyo. Se confrontó torpemente contra el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, y posteriormente renuncia al PRI en “solidaridad” con el ex gobernador de triste memoria.
Le lavaron el coco y le hicieron creer que ganaría la elección de senador a través de las siglas de Movimiento Ciudadano (MC). Y, !oh, sorpresa! Sólo se burlaron de él.
Su candidatura nunca estuvo firme. Mario Moreno mintió al asumirse como afromexicano. Fue impugnado y la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le retiró finalmente la candidatura horas antes de la jornada electoral del 2 de junio de 2024.
Fue su segunda derrota electoral en tres años. Nunca entendió que lo habían chamaqueado nuevamente. Su confianza ciega lo hizo cometer otro error: pensar que Héctor Astudillo le ayudaría para dirigir a MC en Guerrero. Y nada de nada. El ex gobernador tenía otros planes, en el que, desde luego, no figuraba don Mario.
Su ingenuidad y tibieza no le ayudan para nada.
En lugar de decir las cosas por su nombre, prefiere responsabilizar de su tropiezo en MC al veracruzano Dante Delgado Rannauro y no a su verdugo político histórico.
¿Por qué tanto miedo a Héctor Astudillo? ¿Acaso le sabe algo muy delicado?
Mario Moreno pretende ingresar a Morena. Lo cual es válido, porque tiene el derecho legítimo de asociarse con quien quiera o cambiar de bando político cuando así lo decida. Pero hay formas o maneras para hacerlo.
Su desesperación es más que evidente. En poco tiempo se devaluó políticamente.
Ojalá don Mario ya no se deje chamaquear por nadie y un día tenga el valor de romper políticamente con su “amigo” y ex jefe en el gobierno estatal pasado.
Nunca es tarde para hacerlo. Sólo es cuestión que se decida.