Contexto Político || Evodio y el rumbo del PRD en Guerrero

 

Efraín Flores Iglesias

Durante 29 años fue el principal partido de izquierda en el país, y muy particularmente en el estado de Guerrero.

Los guerrerenses le dieron la oportunidad de gobernar a la entidad en dos ocasiones: en 2005 con Carlos Zeferino Torreblanca Galindo y en 2011 con Ángel Heladio Aguirre Rivero.

Por supuesto, me refiero al Partido de la Revolución Democrática (PRD), la fuerza política del que ahora muchos reniegan y en el que se formaron políticamente y se beneficiaron con cargos de representación popular y en la administración pública estatal.

El perredismo guerrerense es un ejemplo de resistencia nacional, ya que en las elecciones de 2018 y 2024 no fueron borrados del mapa político, como si ocurrió en la mayoría de los estados de la república.

El Sol Azteca, como también es conocido el PRD, se fue debilitando en 2014 con la irrupción de Morena al escenario político nacional.

El ex jefe de Gobierno del Distrito Federal –hoy Ciudad de México–, Andrés Manuel López Obrador, se llevó a miles de perredistas a las filas de Morena. Su estrategia de responsabilizar a “Los Chuchos” (Jesús Ortega Martínez y Jesús Zambrano Grijalva) de la derechización del PRD, le funcionó muy bien.

Los dirigentes de ese partido también cometieron el error de alejarse de sus bases y hacer alianzas con sus opositores históricos e ideológicos: el PRI y el PAN.

El 19 de septiembre de 2024, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) avaló el dictamen en el que se declara la pérdida del registro del PRD, en virtud de no haber obtenido por lo menos el tres por ciento de la votación válida emitida en la elección federal ordinaria celebrada el 2 de junio de ese año.

A partir del día siguiente de la aprobación de dicho dictamen, el PRD pierde todos los derechos y prerrogativas que establecen la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley General de Partidos Políticos y demás normatividad aplicable, con excepción de las prerrogativas públicas correspondientes al resto del ejercicio fiscal.

Por otro lado, el PRD tenía la opción de registrarse como partido político local en la o las entidades federativas en cuya elección inmediata anterior hubiere obtenido por lo menos el tres por ciento de la votación válida emitida y postulado candidatos propios en al menos la mitad de los municipios y distritos, condición por la cual se le tendrá por cumplido y acreditado el requisito del número mínimo de militantes con que debe contar,  establecido en la Ley General de Partidos Políticos.

El PRD Guerrero presentó en tiempo y forma la solicitud de registro ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC).

El pasado 10 de septiembre, el Consejo Estatal designó como presidente provisional de la Dirección Estatal a Mario Ruiz Valencia; a Ivet Díaz Bahena como secretaria general, y a Marco Antonio Organiz Ramírez como presidente de la Mesa Directiva del Consejo.

Hay quienes creen que el PRD está muerto políticamente, y otros –un buen sector– que sigue siendo una buena opción para abanderar las mejores causas de la sociedad.

Es cierto, el PRD tiene que volver a sus orígenes y evitar que gente perversa como Ángel Aguirre Rivero utilicen las siglas de ese partido para sus nefastos fines.

Una se las primeras acciones del perredismo guerrerense después de las elecciones de 2024 es no caminar al lado de “Los Chuchos”, ya que su objetivo es ir al rescate de los ideales y reivindicar su lucha política, social y democrática.

Además, el PRD no está cerrado a una alianza electoral con Morena en las elecciones de 2027, año en que se elegirá al sucesor o sucesora de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.

En el Congreso local decidieron romper su alianza legislativa con el PRI y el PAN y en varias ocasiones han votado a favor de las iniciativas que han presentado Morena y la titular del Poder Ejecutivo estatal.

La mañana de este jueves se dio a conocer que el Consejo Estatal eligió en una sesión realizada en Chilpancingo a Evodio Velázquez Aguirre como su coordinador estatal ejecutivo (dirigente estatal), y a Mario Ruiz Valencia como presidente de la Mesa Directiva del Consejo Estatal.

La elección se llevó a cabo en un marco de unidad y civilidad política.

La designación de Evodio Velázquez como dirigente estatal del PRD es atinada, ya que no se trata de cualquier personaje, sino de alguien que conoce las entrañas de ese partido y que ha sabido moverse en el escenario político estatal y nacional.

Evodio Velázquez ha sabido sortear obstáculos. Los cargos que ha desempeñado los ha ganado en territorio y en la mesa de negociaciones.

Es un hombre de diálogo y sabe construir acuerdos. Tiene carácter y ha enfrentado con inteligencia a tres ex gobernadores: Ángel Aguirre Rivero, Zeferino Torreblanca Galindo y a Héctor Astudillo Flores, quienes en su momento le pusieron trabas.

Evodio Velázquez es un político hábil y echado para adelante. No es un improvisado en la política. Entiende los juegos del poder.

Desde muy joven milita en la izquierda y ha encabezado importantes movimientos.

También tiene experiencia política, legislativa y administrativa,  pues ha sido diputado federal (2006-2008), diputado local en la LIX Legislatura (2008-2012), secretario general del Comité Ejecutivo Estatal del PRD (2011-2014), presidente municipal de Acapulco (2015-2018) y candidato a gobernador por el PRD (2021).

El PRD está en el mejor momento para levantarse y regresar a sus orígenes. Tiene  la estructura suficiente para dar la batalla en algunos municipios y distritos, especialmente en donde los otros partidos han defraudado la confianza ciudadana.

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