Escenarios de Morena en Guerrero

Las reformas impulsadas por Claudia Sheinbaum en materia de no reelección y nepotismo electoral podrían redefinir el panorama político en estados como Guerrero.

Hay que llamar la atención al hecho de que la reforma de Sheinbaum puede derivar en controversias legales, especialmente por el principio de irretroactividad del artículo 14 constitucional. Este principio establece que nadie puede ser afectado por una ley posterior si ya tenía un derecho adquirido bajo las normas previas.

Así, el escenario no es del todo adverso para Salgado Macedonio. Las disposiciones transitorias y la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE) establecen plazos claros para la implementación de reformas, permitiendo un periodo de adaptación.

Con la prohibición del nepotismo aún distante y la limitación de la reelección prevista para 2030, el grupo político de Salgado aún tiene tiempo para articular su estrategia y definir quién heredará el liderazgo en Guerrero.

Entre las posibles opciones, destacan la posibilidad de respaldar a colaboradores cercanos que no tengan vínculos familiares directos o la emergencia de nuevos liderazgos que puedan garantizar la continuidad del proyecto sin caer en violaciones a la normativa.

En la elección de 2027 también prevalecerán factores fundamentales como el género e incluso la influencia del presidente Andrés Manuel López Obrador y su capacidad de orientar las decisiones en el movimiento que él creó.

Estos elementos añaden una capa de complejidad al reacomodo interno de Morena en Guerrero, donde el grupo encabezado por Félix Salgado Macedonio, si este baja de la contienda, se vería obligado a rediseñar su estrategia para preservar su influencia y, al mismo tiempo, contribuir a la unidad del partido.

El factor de género ha sido determinante en la actual configuración de poder en Guerrero. La llegada de Evelyn Salgado a la gubernatura, como resultado de la salida forzada de su padre, marcó un hito que evidenció cómo el respaldo familiar y la dinámica de género pueden ser utilizados estratégicamente.

Sin embargo, con las nuevas restricciones al nepotismo electoral, el recurso de designar a familiares directos para continuar en el poder se verá limitado, lo que coloca a figuras femeninas como Evelyn Salgado ante un desafío: trascender su rol como “heredera política” y consolidar su liderazgo propio.

Evelyn Salgado deberá demostrar que su gestión no depende exclusivamente del respaldo de su padre y que su permanencia en la política tiene sustento en méritos propios, en un entorno donde las nuevas normas buscarán precisamente ese tipo de legitimidad.

Por otro lado, el factor López Obrador juega un papel central en este reacomodo. El presidente ha sido una figura clave en el diseño de las estructuras de poder dentro de Morena, y su discurso de “no traicionar al pueblo” y combatir el nepotismo y la corrupción está directamente alineado con la justificación de estas reformas.

Para Félix Salgado, esto representa un dilema estratégico: adaptarse a los cambios o intentar maniobrar en los márgenes de las nuevas reglas para mantener su liderazgo en Guerrero.

Cualquier división interna podría debilitar a Morena ante futuras contiendas. En este contexto, preservar la unidad en Morena Guerrero es uno de los mayores desafíos.

El grupo de Salgado ha mantenido su liderazgo gracias a su capacidad para generar consensos internos y neutralizar a la oposición dentro del partido.

Para evitar una fragmentación, Morena deberá gestionar el proceso de sucesión con especial cuidado. Una posible salida es que Salgado Macedonio y su grupo político impulsen a una figura que, sin estar directamente ligada a su familia, cuente con su respaldo y capacidad para generar consensos.

Aquí, el papel del Comité Ejecutivo Nacional de Morena será clave, pues deberá garantizar que el relevo en Guerrero se dé sin fracturas ni descontento entre los diferentes grupos del partido.

En este sentido, la figura de Claudia Sheinbaum también puede ser un factor de unidad o división. Si bien su liderazgo nacional se está consolidando, deberá demostrar que puede gestionar las tensiones internas sin replicar el modelo de “imposición” que algunos críticos han señalado en el pasado.

Para Salgado, encontrar un punto de entendimiento con Sheinbaum será fundamental si quiere preservar su influencia en el estado sin confrontar abiertamente al centro del partido.

Félix Salgado podría optar por ceder parte de su poder, respaldando figuras que aporten frescura y legitimidad al proyecto, pero sin perder su capacidad de influencia detrás de escena. Esta transición podría convertirse en un ejemplo nacional sobre cómo el partido puede renovarse sin comprometer su unidad.

En este contexto, es probable que Salgado opte por alianzas internas dentro de Morena para evitar una fragmentación del partido en Guerrero. Si bien podría parecer que las reformas representan el fin de su era política, su habilidad para maniobrar dentro del entramado político local no debería subestimarse. También existe la posibilidad de que el grupo Salgado busque figuras de confianza que, aunque no porten su apellido, continúen el proyecto político con el mismo enfoque y agenda.

El mayor desafío para Morena en Guerrero será administrar estos reacomodos sin generar divisiones internas que puedan ser aprovechadas por la oposición.

Por último, los tribunales tendrán un papel decisivo en este proceso, pues cualquier intento de frenar o flexibilizar estas reformas podría terminar resolviéndose en instancias judiciales.