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Actores partidistas migratorios en búsqueda para sobrevivir en la política a través del prestigio y el privilegio es la propia forma de ambición y oportunismo quienes se declaran sin afiliación pretendiendo ingresar a Morena.
Por lo mismo de la frustración y el resentimiento, particularmente a quienes más que simulan y traicionan no conocen la verguenza, por lo que permanecerán en el cuarto oscuro, sin lograr sus aspiraciones políticas ambiciosas
La mayoría son ex priístas, entre otros ingratos oportunistas, sin sentido de pertenencia, es decir, “chapulines” habituales a brincar y cambiar las siglas partidistas por encima del chantaje en la deslealtad e intereses particulares .
Que vergüenza para ellos que en Morena los reciben haciéndolos creer y mantenerlos sentados en la antesala, utilizados junto con seguidores y posteriormente en caso en espacios en calidad de subordinados, sin nombramiento.
Se percibe su falta y perdida de dignidad a comparación en aquellos tiempos cuando en los gobiernos priístas gozaban del privilegio con etiqueta de sobrevivencia política en diversos cargos públicos y de representación popular.
Mientras, que en Morena los alberga en un cuarto oscuro donde nadie los ve y solo los escuchan a pidiendo migajas (candidaturas), de lo que están muy lejos de ser considerados por ser actores de la mentiras, simulación y traición.
Son varios los que ahora clandestinamente se reúnen, según, diseñando la estrategia, inclusive en contra de los que actualmente tienen el control politico del estado, bajo una operación entre morenistas y otros actores políticos en deterioro.
A quienes todavía nos les alcanza aceptar y entender que morena surge de un movimiento que aún no ha cumplido quienes invirtieron sus canicas, por lo que, los “cascajos” no podrán trascender en el proyecto de morena en el 2027.
A lo referente, existe un origen de causa y razón entre ellos, como para que otros se quieran incorporarse estableciendo condiciones y lo único que recibirán es la humillación anexada, sin que el objetivo tenga cierta perseverancia.
Es decir, actos más que de tristeza, sino, de vergüenza, en dejar principios y valores políticos donde tuvieron privilegios de poder a cambio del cuarto oscuro en el que nadie los alcanzan a ver solo escuchando gritos de frustración política.
Y ahí está el costo que merecen aquellos que desertaron del priismo, intentando entre la ambición y el oportunismo ingresar a Morena en búsqueda de sobrevivir una vez más del poder, privilegio y prestigio con la sigla guinda.