A casi cinco meses de haberse instalado la LXIV Legislatura local es evidente que las cosas marchan bien al interior del Congreso, independientemente de las ideologías y agendas políticas de cada fracción parlamentaria y representaciones de partido.
Es algo que vale la pena destacar, ya que no siempre ha sido así.
Las dos últimas Legislaturas (LXII y LXIII), por ejemplo, se caracterizaron siempre, por los pleitos entre los diputados de Morena y la falta de liderazgo de la mayoría de sus coordinadores parlamentarios.
Estaban en la curva de aprendizaje, justificaron en ese entonces algunos dirigentes y partidarios de la 4T. Pero esos pleitos generaron un gran rezago legislativo y afectó, desde luego, la armonía al interior del Congreso.
Desde septiembre de 2018, Morena ha presidido ininterrumpidamente la Junta de Coordinación Política (Jucopo), pues ha ganado la mayoría de los 28 distritos en las últimas tres elecciones, y la autoridad electoral les ha asignado los respectivos escaños por el principio de representación proporcional.
Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros fue el primer coordinador parlamentario de Morena en la LXII Legislatura y, por ende, presidente de la Jucopo. Su papel fue pésimo, ya que lo mareó el poder y se volvió más soberbio que antes, a tal grado que ya se sentía gobernador. Y, ¡oh, sorpresa!: No fue candidato de Morena en 2021 a la gubernatura y durante tres años estuvo ausente de los asuntos públicos de Guerrero.
De Antonio Helguera Jiménez y Jesús Villanueva Vega, sus predecesores en la Jucopo y miembros también de esa Legislatura de triste memoria, ni hablar. Fueron grises y pésimos para negociar con las otras bancadas.
Después de ellos llegó a la coordinación de la bancada de Morena y a la Presidencia de la Jucopo un personaje oriundo del municipio de Ayutla de los Libres, Alfredo Sánchez Esquivel, quien se comportó muy grosero con la base trabajadora y se atrevió a demoler la biblioteca del Congreso, bajo el argumento de que tenía que remodelarse.
¿Y qué creen? La obra sigue en obra negra desde hace tres años.
Lo peor de todo es que la dirigencia estatal de Morena permitió la reelección de Sánchez Esquivel y que continuara como coordinador parlamentario al inicio de la LXIII Legislatura.
No duró mucho como jefe de la bancada morenista ni en la Presidencia de la Jucopo. Fue defenestrado por su incompetencia y excesiva soberbia.
Actualmente, está en la fría banca.
Ojalá ahí se quede durante un largo rato, porque los guerrerenses merecen buenos políticos y eficientes legisladores.
Posteriormente y con el objetivo de recuperar la armonía al interior de la bancada morenista y con las demás fuerzas políticas representadas en la LXIII Legislatura, los diputados de Morena eligieron en una plenaria a Yoloczin Domínguez Serna como coordinadora. El 8 de septiembre de 2022 rindió protesta ante el pleno como presidenta de la Jucopo.
Al igual que sus predecesores y compañeros de partido, su papel fue pésimo, pues también optó en confrontarse con un grupo de trabajadores del Congreso.
Yoloczin Domínguez utilizó la Jucopo para buscar la presidencia municipal de Acapulco. No destacó por presentar iniciativas de ley ni generar acuerdos para fortalecer la gobernabilidad en el Poder Legislativo.
Dedicó más tiempo en subir selfies en las redes sociales y creyó ciegamente en sus pésimos asesores y cortesanos que al oído le decían que ella sería la próxima alcaldesa porteña, lo cual no ocurrió. De entrada, no figuró en las encuestas para dicho cargo. ¡Zas!
Luego de solicitar licencia para buscar ser candidata de Morena, el 1 de enero de 2024, los diputados de ese grupo parlamentario eligieron a otra fémina como coordinadora.
Me refiero a Gloria Citlali Calixto Jiménez, quien en corto tiempo demostró que se puede llegar a buenos acuerdos con todos los grupos parlamentarios.
Durante ocho meses marcó la diferencia. No tuvo problemas al interior de su bancada y mantuvo una excelente relación con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y los integrantes del Poder Judicial.
Un sector de Morena creía conveniente que ella repitiera como coordinadora parlamentaria y presidenta de la Jucopo en la LXIV Legislatura.
Hubo muchas reuniones y jaloneos en los primeros días de septiembre de 2024.
Lo cierto es que otros actores políticos irrumpieron en el escenario legislativo y tenían mejores alianzas, tanto en el ámbito estatal como en el nacional.
Tres personajes manifestaron su intención para coordinar la bancada y presidir la Jucopo: Gloria Citlali Calixto, Jesús Urióstegui García y el impresentable Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros.
Las circunstancias políticas favorecieron a Jesús Urióstegui García, quien a pesar de no contar con experiencia en el quehacer parlamentario, siempre manifestó su disposición al diálogo y a la construcción de acuerdos.
Jesús Urióstegui es originario de Chilpancingo y no es un legislador pleitista. Lo que mejor lo distingue es su capacidad para escuchar a sus compañeros de bancada y a los legisladores de otras expresiones políticas.
Siempre ha sido mesurado en sus declaraciones a la prensa y sabe trabajar en equipo.
Además, es respetuoso de la libertad de expresión y del debate parlamentario.
Gracias a su liderazgo y compromiso social se han aprobado importantes iniciativas de ley en los últimos meses.
Antes de finalizar el año 2024, por ejemplo, se aprobó sin tanto problema y por unanimidad el Presupuesto de Egresos 2025 para el estado de Guerrero, por un monto de 83,064.1 millones de pesos.
Jesús Urióstegui es un guerrerense bien nacido que trabaja arduamente para mejorar las condiciones sociales del estado y para fortalecer el estado de Derecho.
También ha demostrado que es un soldado de la 4T que le gusta andar en territorio para informar a los ciudadanos del papel que realiza en el Congreso del estado.
No es elitista. Es sencillo y cercano a la gente. Y eso cuenta mucho en estos tiempos.
Luego entonces, vale la pena destacar cuando las cosas se están haciendo bien en uno de los tres poderes públicos del estado.