Roberto Santos // Finalmente el presidente municipal de Chilpancingo, Gustavo Alarcón Herrera, ha iniciado acercamiento con la iniciativa privada, el sector con el que puede establecer acuerdos para que respalden los proyectos que trae para Chilpancingo.
No podemos ignorar que son los empresarios quienes generan empleo, dinamizan la economía y, en muchos casos, son el motor del desarrollo urbano y social.
Sin duda que en ellos radica una fuente clave de recursos y apoyos para la materialización de iniciativas de infraestructura y modernización.
Por ello, su participación no solo es estratégica, sino fundamental para articular un modelo de crecimiento sostenible que beneficie a toda la sociedad.
Gustavo Alarcón debe avanzar y consolidar una relación de confianza y cooperación con los empresarios locales, pero también tiene que salir a buscar inversionistas a nivel nacional, convencerlos de la viabilidad y bondad de sus proyectos, y demostrar que Chilpancingo es una ciudad con potencial para el desarrollo económico.
No basta con esperar el respaldo de los empresarios locales y de la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, quien también le ha apostado al desarrollo del municipio, para ampliar la visión y atraer capital externo que impulse el crecimiento de la capital guerrerense.
Un ejemplo de esto es el parador gastronómico que el presidente municipal anunció ante los restauranteros de la capital, una iniciativa que, con el respaldo adecuado, puede detonar la actividad económica, atraer turismo y fortalecer el comercio local.
Se sabe que el presidente municipal tiene en mente más proyectos de infraestructura con el propósito de mejorar la movilidad y hacer de Chilpancingo una ciudad más funcional y habitable.
Si logra establecer una sinergia efectiva con el sector empresarial, tanto local como nacional, podrá reconfigurar el rostro de la capital, en sintonía con los esfuerzos que la gobernadora Evelyn Salgado ha impulsado en beneficio de la ciudad.
El doctor Gustavo Alarcón debe tener claro que los hombres y mujeres de negocios serán aliados estratégicos en la consolidación de sus planes.
Son ellos quienes, en función de la viabilidad y certidumbre de los proyectos, decidirán invertir en Chilpancingo, fortaleciendo con ello el desarrollo económico y social de la ciudad.