Roberto Santos // En un paso más para atender el problema de la desigualdad, el gobierno de Guerrero, encabezado por Evelyn Salgado Pineda, ha fortalecido el programa “Tarjeta Violeta”, que perfila como una herramienta para el empoderamiento económico y social de algunas mujeres guerrerenses.
La gobernadora incrementó el presupuesto de 22 a 172 millones de pesos, con lo cual manda un claro mensaje de la importancia de las mujeres en las políticas públicas estatales.
Este aumento, que eleva el número de beneficiarias de 3 mil a 20 mil y expande el alcance del programa de 5 a 24 municipios, representa un avance en la búsqueda de justicia social para un sector históricamente marginado.
Como se sabe, Guerrero es una tierra de contrastes. Mientras la riqueza cultural y natural brilla, las desigualdades estructurales han relegado a las mujeres, quienes muchas veces enfrentan barreras económicas, educativas y sociales que limitan su desarrollo pleno.
Desde una perspectiva antropológica, las mujeres en muchas comunidades guerrerenses han cargado el peso de tradiciones patriarcales que las relegan al ámbito doméstico, perpetuando su dependencia económica y minando su libertad como individuos.
Por eso, programas como la Tarjeta Violeta, pretende reconfiguran esa narrativa al proporcionar apoyo económico directo para que las mujeres participen en la economía local, rompiendo ciclos de dependencia y vulnerabilidad.
Desde una perspectiva política, esta iniciativa es un claro posicionamiento del gobierno de Guerrero a favor de la igualdad de género, reforzando su compromiso con los derechos humanos y el desarrollo sostenible.
En el país las cifras de violencia de género son alarmantes, por lo que el empoderamiento económico se convierte en una herramienta clave para disminuir la vulnerabilidad de las mujeres.
Según datos de la ONU Mujeres, cuando una mujer tiene acceso a recursos financieros, incrementa su capacidad de negociación y reduce su exposición a situaciones de abuso o control por parte de terceros.
En las comunidades indígenas y rurales de Guerrero, donde prevalece una economía de subsistencia, el acceso a recursos financieros tiene un efecto multiplicador al mejorar la calidad de vida de las mujeres, impulsando el desarrollo comunitario.
La decisión de expandir el alcance del programa a 24 municipios también tiene un profundo simbolismo.
Representa un cambio en la narrativa gubernamental: las mujeres no son vistas como sujetos pasivos que deben recibir ayuda, sino como protagonistas del cambio social.
Esta iniciativa plantea una visión de Estado en la que la igualdad de género es una prioridad estructural.
Por lo tanto, la Tarjeta Violeta no es solo un programa social, es una declaración política: la transformación de Guerrero no puede ocurrir sin las mujeres.
Es un reconocimiento de su papel esencial en la economía, la cultura y el tejido social del estado.
Sin embargo, aún hay retos por enfrentar. Es fundamental que esta política vaya acompañada de mecanismos que aseguren su transparencia, su correcta implementación y su sostenibilidad en el tiempo.
También es indispensable complementar este esfuerzo con programas de educación financiera, acceso a la salud, protección contra la violencia y oportunidades de capacitación para las beneficiarias.
El 2025 se perfila como un año clave para consolidar una visión integral del desarrollo social en Guerrero y la Tarjeta Violeta es un paso adelante, pero su éxito dependerá de la capacidad del gobierno y la sociedad para seguir trabajando de la mano en favor de la igualdad.
Con esta iniciativa, Evelyn Salgado Pineda, envía un mensaje claro: las mujeres no son solo las raíces de sus comunidades, sino también las alas que las impulsarán hacia el futuro.