Contexto Político || Nueva era en el TSJ

 

Efraín Flores Iglesias

El pasado 1 de enero se cumplió un mes de la llegada de Ricardo Salinas Sandoval a la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), un prestigiado jurista de quien se espera realice un buen papel y fortalezca al Poder Judicial guerrerense.

En abril de 2022 el Pleno del Congreso local aprobó su nombramiento como magistrado del TSJ, y el pasado 15 de noviembre fue electo por unanimidad de votos como presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura para el periodo  comprendido del 1 de diciembre de 2024 al 30 de noviembre de 2027.

Los magistrados Paulino Jaimes Bernandino, Jesús Martínez Garnelo e Indalecia Pacheco León fueron los que lo propusieron para dicho cargo.

La votación se realizó de manera transparente y a la vista de la sociedad. Los magistrados ponderaron la carrera profesional de Ricardo Salinas Sandoval.

Dos semanas después y ante la presencia de los titulares de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, así como de sus compañeros magistrados, legisladores locales, mandos militares y navales, juezas, jueces, funcionarios y el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), Javier Saldaña Almazán, rindió protesta al cargo y señaló que asume esa alta responsabilidad con entereza y convicción, sabedor de los grandes retos que el cargo implica.

Reconoció que la tarea no será fácil, pero con la unión de esfuerzos de todas y todos los trabajadores del Poder Judicial el camino será menos sinuoso.

También aprovechó para reconocer a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda como una aliada del Poder Judicial, destacando su apoyo para superar los retos que enfrenta el estado en materia de impartición de justicia, siempre respetando la autonomía de dicho órgano jurisdiccional.

“Estamos seguros de que el Poder Judicial no caminará solo en estos esfuerzos. Contaremos con la gobernadora Evelyn Salgado, quien ha sido una gran y valiosa aliada del Poder Judicial y de la justicia en general”, afirmó.

Ricardo Salinas Sandoval es licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Guerrero (1979-1984), maestro en Derecho Procesal Penal por el Centro de Estudios de Posgrado (2015-2017), y cuenta con 5 diplomados relacionados con la administración de justicia y sistemas jurídico-políticos.

De acuerdo a su ficha curricular, ha sido abogado postulante, catedrático en el Instituto Tecnológico de Acapulco, funcionario del Ayuntamiento de Acapulco, secretario de Acuerdos en el Juzgado Primero de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Tabares (1985-1991), juez de Primera Instancia en Materia Penal, Civil y Familiar con adscripción a juzgados en diversos distritos judiciales del estado.

O sea, cuenta con una larga trayectoria en el Poder Judicial, a diferencia de otros personajes que han sido presidentes del TSJ.

Hay que reconocer que los magistrados que integran el Poder Judicial guerrerense tomaron una buena decisión el pasado 15 de noviembre, ya que escucharon el clamor de la base trabajadora del TSJ y de la comunidad jurídica del estado para no reelegir a Raymundo Casarrubias Vázquez para otro periodo de tres años como presidente de dicho órgano jurisdiccional.

Se espera que el nuevo presidente del TSJ escuche más a los trabajadores de los juzgados de todo el estado y privilegie el diálogo, y no repita los errores de su predecesor en el cargo, quien no combatió el nepotismo y se rodeó de un pésimo equipo de colaboradores.

Raymundo Casarrubias pasará a la historia como el peor presidente del Tribunal Superior de Justicia, ya que el poder lo mareó muy pronto y no estuvo a la altura de las circunstancias políticas y sociales de Guerrero.

La soberbia y la confrontación con los trabajadores de una institución pública nunca llevan a nada bueno.

Luego entonces, estaremos atentos del papel que realice el nuevo titular del TSJ.

ENTRE OTRAS COSAS… A casi tres meses de haber asumido el cargo de presidente municipal, al Dr. Gustavo Alarcón Herrera se le ha visto cansado y escapando de la triste realidad por la que atraviesa Chilpancingo.

Muchos dirigentes de la coalición electoral que postuló a Alejandro Arcos Catalán lo tachan de traidor y de deshonrar la memoria del alcalde asesinado el pasado 6 de octubre.

Hay quienes no lo ven como la verdadera autoridad en el municipio, pues es un secreto a voces que uno de sus familiares es el que toma decisiones en el Palacio Municipal.

Gustavo Alarcón anda extraviado y confundido. Por un lado, coquetea con Morena, y por el otro, intenta llevarla bien con el PRI y algunos miembros del PRD… Pero olvida que no se puede servir a dos amos al mismo tiempo.

Chilpancingo es uno de los municipios más inseguros y violentos del país. Y eso no le importa al señor alcalde ni a su equipo más cercano.

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