Guerrero: seguridad y gobernabilidad

Aunque la realidad de Guerrero es compleja, creo que quien gobierna lo hace con el propósito de avanzar y beneficiar a la gente, esfuerzo en el que se debe remar contra corriente a veces por embate de fenómenos sociales, a veces por la justificada inconformidad de grupos sociales marginados, a veces por errores del propio gobierno, y también por la creciente incidencia de grupos fácticos que despliegan su influencia y azote en la propia sociedad.

Por eso, para realizar un análisis sobre la situación de seguridad y gobernabilidad en Guerrero durante 2024, se deben considerar diversos eventos, y hacer correcciones, para que 2025 sea un año donde se avance en la construcción de la paz.

En primer lugar hay que considerar que 2024 fue una extensión de la crisis que vivimos en 2023, a las movilizaciones de protesta en las regiones de Guerrero por parte de los damnificados desatendidos por la devastación del huracán Otis, se sumaron los afectados del huracán John.

La desaparición del Fonden y la transferencia de sus recursos para atender contingencias por desastres naturales a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, donde no existen reglas claras para que los municipios accedan a esas bolsas presupuestales, aunado a una mala elaboración del padrón de afectadosl, sumió a Guerrero en una espiral de bloqueos carreteros y de la avenida turística de Acapulco, la Costera Miguel Alemán, que trastonaron durante meses la vida de la entidad.

Si no se aprende de estas experiencias, si no se corrigen muchos errores, y de cara a futuros eventos climáticos, repetiremos omisiones y errores en 2025.

La reconstrucción de la economía de Guerrero necesariamente pasa por la reconstrucción de Acapulco, en ese sentido, las millonarias inversiones anunciadad por la presidenta Claudia Sheinbaum para atender la problemática de desabasto de agua en Acapulco, las obras de saneamiento de la bahía e infraestructura carretera, serán un paso hacia adelante en ese camino.

La seguridad es otro factor fundamental. En ese renglón, crímenes de alto impacto como el de Alejandro Arcos Catalán, del magistrado Edmundo Román Pinzón; del presidente del Patronato de la Feria de Chilpancingo, Martín Roberto Ramírez Ruíz, aunado al hostigamiento a alcaldes, debe marcar un punto de inflección en la estrategia de seguridad, en la que el gobierno federal ha marcado que habrá importantes cambios.

La estrategia de seguridad anunciada por Omar García Harfuch, está diseñada para reforzar la seguridad en los estados con mayor incidencia delictiva, como Guerrero.

El secretario de Seguridad plantea una mayor colaboración entre las autoridades locales, estatales y federales. En Guerrero, esta coordinación es clave para enfrentar el crimen organizado.

Para que la estrategia anunciada sea efectiva en Guerrero, las autoridades locales deben colaborar con las autoridades federales y tomar medidas adicionales que complementen los esfuerzos.

García Harfuch destaca la importancia de mejorar los mecanismos de inteligencia y el uso de tecnología avanzada en las labores de seguridad. Esto puede resultar en una mayor eficacia en la identificación y desarticulación de grupos criminales que operan en Guerrero.

Los cambios en la estrategia federal deben reflejarse en Guerrero. Las autoridades locales también deben trabajar en la creación de un sistema de inteligencia eficiente que se combine con el de la federación. Esto permitiría identificar puntos críticos de violencia y desarticular las actividades del crimen organizado antes de que se expanda.

Si la Fiscalía de Guerrero, si el Poder Judicial, si el sistema de penales, las policias estatal y municipales no caminan en la misma ruta, el esfuerzo federal no va a dar resultados.

A nivel local se debe garantizar que el sistema de justicia sea eficiente y castigue a los responsables de los innumerables crímenes que suceden, desincentivando la impunidad.

La cooperación con la sociedad civil es otro aspecto esencial, ya que fomentar una cultura de colaboración entre la policía y la comunidad, junto con programas de proximidad, facilitaría que la gente confíe en las autoridades y se sienta segura al denunciar actividades delictivas.

El desarrollo de programas preventivos que aborden las causas subyacentes de la violencia, como la pobreza, el desempleo y la falta de acceso a la educación, también es clave. Invertir en la educación, el desarrollo económico y la integración social puede reducir la vulnerabilidad de las comunidades ante el crimen organizado.

Por último: La estabilidad política es fundamental. En nada beneficia a la gobernadora que se adelante la sucesión de 2027.

En 2025, la figura de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y sus interacciones con otros actores políticos, como los diputados locales, la oposición y los partidos en el Congreso, son claves para atender la gobernabilidad. Para ello es fundamental despojarse de celos y egoísmos políticos.

Por último, la gestión de crisis es relevante para entender cómo el gobierno enfrenta situaciones extraordinarias como desastres naturales, crisis económicas o emergencias de salud pública.

En Guerrero, la respuesta ante fenómenos como los huracanes o los efectos de la violencia debe ser una prioridad.

Decía el entonces gobernador Héctor Astudillo y decía bien: “Guerrero nos necesita a todos”.