Ad Líbitum || Oficio político

El jueves de la semana pasada concluyeron ante el Congreso del Estado las comparecencias de los secretarios de despacho integrantes del gabinete estatal, con motivo de la Glosa del Tercer Informe de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.

Es de reconocer el ambiente de tranquilidad y se podría decir que hasta de tersura en que se desarrollaron las comparecencias tanto las llevadas a cabo ante el pleno de la 64 Legislatura como las se realizaron ante comisiones legislativas.

Esto no es gratuito, no. Desde mi punto de vista esto se debe al buen oficio político mostrado por el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Jesús Urióstegui García, quien a partir de que asumió el cargo, en sustitución de su compañera de bancada, Citlali Calixto Jiménez, demostró un liderazgo responsable y además un trato prudente y conciliatorio con los partidos de oposición. De esta manera pudo transformar la Glosa del Tercer Informe de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, en un ejercicio de fortalecimiento democrático y diálogo entre los poderes.

Es de señalarse que la actitud de Urióstegui García contrasta enormemente con la mostrada por algunos de sus antecesores en la Presidencia de la Jucopo. En particular está lejos, pero muy lejos de la soberbia y arrogancia de su compañero de bancada Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, del tono grisáceo de Antonio Helguera Jiménez, y de la altivez, suficiencia, petulancia y cerrazón de Alfredo Sánchez Esquivel.

Este último llevó al Congreso del Estado a un periodo de oscuridad. Incluso todavía se viven las consecuencias de su política arbitraria; ahí está como un botón de muestra el “esqueleto” del edificio de la Biblioteca “Siervo de la Nación” que decidió derrumbar sin tomar en cuenta la opinión de las demás fuerzas políticas y, aún más, sin que hubiera un real dictamen técnico avalado por la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil que demostrara que la edificación tenía un daño estructural insalvable.

A Sánchez Esquivel le siguió la diputada Yoloczin Domínguez Serna, quien inmediatamente tuvo un buen entendimiento con las demás fuerzas políticas representadas en el Congreso local, al grado de que logró sacar adelante importantes iniciativas. Al dejar el cargo, la Presidencia de la Jucopo la ocupó la joven legisladora, pero de una gran capacidad, Citlali Calixto Jiménez, quien continuó en la misma tónica que su antecesora.

Tan pronto asumió la Presidencia de la Jucopo del Congreso local, Jesús Urióstegui García tiró la línea de lo que sería su gestión: la conciliación, entendimiento y diálogo con las demás fracciones parlamentarias y representaciones de partido, lo cual quedó reflejado en la integración de las comisiones legislativas, con lo que ningún partido político quedó inconforme.

Además, antes de que iniciara la Glosa del Tercer Informe de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, lo primero que hizo fue acercar a los integrantes de la Jucopo con la mandataria estatal. Esto envió un claro mensaje de lo que serían las comparecencias y así fue: ningún secretario de despacho recibió un mal trato por parte de diputado alguno. Todo transcurrió en completa tranquilidad además de que prevaleció un clima de libertad y respeto a los grupos parlamentarios, con participaciones críticas pero también propositivas y contra lo que ha sucedido en años anteriores, en esta ocasión la Glosa no fue un espacio de confrontación.

La disposición al diálogo y buen entendimiento mostrada por Urióstegui García fue clave para que esto ocurriera. Ahora, el siguiente reto para él es el análisis y discusión del Paquete Fiscal, que contiene los presupuestos de Ingresos y Egresos del 2025.