Roberto Santos // Si bien Mario Moreno Arcos ha marcado distancia de MC, resulta ingenuo pensar que también lo hará de la vida política.
Si algo enseña la historia política es que “político que respira, aspira”, y en este oficio no hay despedidas definitivas, sino pausas estratégicas.
En realidad a Mario Moreno los dueños de MC lo obligaron a alejarse de este partido, sobre todo cuando operaron para que no fuera su coordinador estatal.
Para aquellos que festinan de que han acabando con su carrera pueden equivocarse, porque siempre habrá espacio para reconfigurar su carrera política.
En ocasiones es menester pausar el andar.
Sin embargo, salida de Mario Moreno de MC deja entrever algo más profundo: el desprecio y deslealtad que encontró dentro de un partido que no supo capitalizar su experiencia.
Movimiento Ciudadano lo trató como una pieza descartable, lo que pone en evidencia la falta de visión de un partido que, en lugar de construir con sus cuadros, los anula.
Este trato es un espejo de las fracturas internas en la política, donde los intereses individuales pesan más que los proyectos colectivos.
Sin embargo, subestimar a Mario Moreno es un error en el que ya incurrieron algunos.
Ningún político está realmente acabado hasta que decide no volver a jugar, y todo indica que Moreno Arcos tiene suficientes fichas en la mesa.
Su experiencia como alcalde de Chilpancingo y su trayectoria como priista le han dado herramientas y alianzas que podrían ser rescatadas en el momento adecuado.
Mario aún posee un liderazgo en el estado que cualquier partido desearía y solo él sabe el camino que habrá de seguir en el futuro.
Lo que queda claro es que el retiro no está en el ADN de los políticos mexicanos.
. ¿Quién puede asegurar que Moreno Arcos no se está preparando para una nueva jugada?
En Guerrero, tierra de resurrecciones políticas, nada está escrito, y el tiempo dirá si Mario Moreno está diseñando un regreso estratégico.
Porque, como bien dice el dicho, “no hay político muerto que no pueda resurgir para volver al poder”.
Por ahora, Moreno Arcos ha dejado claro que no está dispuesto a seguir siendo el “chamaqueado” de ningún partido ni de ningún político.
Pero de ahí a que diga adiós a la política hay un trecho.
En este tablero, las piezas se mueven constantemente, y sería ingenuo pensar que Mario no tiene una jugada más bajo la manga.
El tiempo lo dirá, pero si algo está claro es que, en política, los capítulos siempre tienen segundas partes.