Ha sido notable que las formas de rectitud son las maneras en la práctica de la transparencia en la que no hay nada que ocultar y menos estar enredados en actos de corrupción, referente a las observaciones en el organo interno de la ASE.
Muestra de ello son las tareas responsables en los Auditores Especiales quienes están al margen de la corrupción y de frente a la transparencia en los lineamientos propios en las comprobaciones financieras de los diversos servidores públicos.
Tales funcionarios de la Auditoría Superior del Estado (ASE) se han convertido en perfiles aptos en revisar información clara, comprensible, sin adornos innecesarios que puedan generar dudas en los esquemas y lineamientos de transparencia.
Los cuatro auditores cuentan con un alto grado y sentido de responsabilidad en su actuar con limpieza, sin estar sujetos al chantaje y a la manipulación de la formalidad y honradez en las comprobaciones y observaciones financieras.
De tiempo completo son ejemplo de imparcialidad para que la revisión de cada encomienda de ellos tenga un orígen de rectitud, sin caer en una política preferencial y recomendable, lo que conforme a derecho corresponde a la legalidad.
Más allá de la orden superior han mantenido el equilibrio con los preceptos del mecanismo financiero desde la observación hasta la comprobación de las cuentas de claridad de los ayuntamientos, órganos de gobierno, entre otros.
Por ello, los Auditores Especiales del ASE definen la transparencia como certeza y obligación de los organismos garantes en las deliberaciones y actos relacionados con sus atribuciones en acceso a la información que genere certidumbre.
De igual manera, la comprobación es un procedimiento que permite, inclusive evaluar diferentes procesos financieros, considerando el perfil fundamental como única forma para lograr los resultados deseados en transparencia.
Es decir, que la presentable honradez es la actitud de forma transparente al margen de la corrupción que anteriormente era el centro al interior de los órganos de control en el ASE, del que no había más poder humano que los excesos de perversión.
De ahí, el comportamiento eficaz y responsable de los auditores con las formas de control interno del órgano autónomo dependiente del Congreso del Estado quienes a su capacidad han dado certeza y margen en el uso de la transparencia.