Contexto Político || Evelyn, gobernar sobre aguas turbulentas

 

Efraín Flores Iglesias

La llegada de Evelyn Salgado Pineda al poder en 2021, significó no sólo la primera victoria de Morena en Guerrero, sino un duro golpe al PRI y al PRD, ya que perdieron los privilegios que gozaron durante décadas.

El domingo 6 de junio de ese año, la candidata de Morena ganó la elección de gobernador con 643 mil 814 votos, 62 mil 843 sufragios más que el candidato de la coalición PRI-PRD, Mario Moreno Arcos. 

Minutos después del cierre de la jornada electoral, Evelyn Salgado dio una conferencia de prensa en Chilpancingo para declararse ganadora y reconocer a los guerrerenses porque su voluntad fue expresada de manera contundente a favor de la democracia, de la justicia y de la dignidad.

“Hoy quien gana es la democracia, es el pueblo de Guerrero. La voz del pueblo se hizo efectiva en las urnas y en unos momentos más se harán oficiales los resultados. ¡Ya ganamos!”, declaró con seguridad y entre aplausos de sus simpatizantes.

Su triunfo fue legal y legítimo.

En democracia, recordemos, la legitimidad la otorgan los votos.

El 13 de junio, siete días después de aquella elección histórica, el Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) avaló los resultados del cómputo distrital para la elección a la gubernatura y le entregó la constancia de mayoría que la acredita como gobernadora electa para el período constitucional 2021-2027.

El 15 de octubre de ese año y ante el Pleno del Congreso local, Evelyn Salgado Pineda rindió protesta como gobernadora de la entidad, convirtiéndose en la primera mujer en gobernar al estado de Guerrero.

Ya transcurrieron tres años, los cuales han sido de altibajos. Pero, lo más importante de todo, es que su gobierno ha sido responsable y tiene como principio el mandato ciudadano de construir un Guerrero justo, respetuoso del Estado de Derecho, solidario, seguro y próspero.

La titular del Poder Ejecutivo estatal está consciente que no bastan sólo los buenos propósitos o destinar mayor presupuesto a rubros o aumentar las coberturas de los diferentes programas sociales, sino trabajar arduamente y estar cerca del pueblo, ser una gobernante abierta al diálogo, plural y respetada por la sociedad.

Su gobierno, al igual que la presidenta de la República, los presidentes municipales y  los otros gobernadores del país, está permanentemente expuesto al escrutinio público, a la zancadilla de sus adversarios políticos (internos y externos), a la crítica y observación de los medios de comunicación y a las acciones de terceros (grupos criminales) con agenda propia que buscan generar terror en la población para apoderarse de territorios.

Como gobernante no está exenta de vivir y enfrentar una crisis política. Y vaya que las ha tenido. Pero, ¿qué creen? Evelyn Salgado ha demostrado ser una mujer de carácter, firmeza y resultados.

Sus adversarios han intentado aprovechar cualquier hecho de violencia generada por el crimen organizado, para atacar a su gobierno. Eso es más que evidente.

Muchos de esos adversarios políticos no tienen calidad moral para cuestionar, porque en el pasado fueron tapaderas de gobiernos irresponsables. Sin embargo, la gobernadora Evelyn Salgado ha sido respetuosa de la libertad de expresión y entiende el papel de la oposición que, por cierto, cada vez más se desfonda en Guerrero.

Es cierto, falta mucho por hacer en materia de seguridad pública y para conseguir el propósito de vivir en paz y tranquilidad, pero también debe quedar claro que el problema de la delincuencia tiene que ver con la miseria y la falta de valores.

El tema de la violencia no es un caso privativo de Guerrero, pero el problema ahí está. Y es un problema que lastima y nos pone a cada rato en las portadas de los periódicos nacionales.

La noticia más reciente fue la aparición sin vida de 11 comerciantes originarios de Chautipan, municipio de Chilpancingo, quienes hace más de una semana fueron privados de la libertad en el municipio de Chilapa de Álvarez y que este sábado sus familiares les dieron cristiana sepultura.

Otro crimen que conmocionó a los guerrerenses fue el de Alejandro Arcos Catalán, quien llevaba escasamente seis días al frente de la presidencia municipal de Chilpancingo.

Han sido, sin lugar a dudas, crímenes de alto impacto. Lo cual es condenable porque es difícil para sus familiares y seres queridos superar tan difícil situación.

Es urgente y necesario que el gobierno federal también asuma el papel que le corresponde en materia de seguridad pública. El gobierno estatal hace lo que está a su alcance.

Además, las aguas han estado turbulentas en Guerrero desde 2006, un año después del gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo y al inicio del mandato del presidente Felipe Calderón Hinojosa. A partir de entonces, la violencia generada por los criminales, no cesa.

Hubo un gobernador que se atrevió a declarar públicamente “no quiero, ni puedo,  ni tengo porque combatir el narcotráfico”.

Otro mandatario estatal fue más allá. En lugar de hacerle frente a los criminales optó en armar y entregarle  vehículos a un grupo de autodefensa para “combatir” a los criminales que operaban en el Valle de El Ocotito y en la región de la Costa Chica. Antes de concluir su mandato y debido a su irresponsabilidad de llevar las riendas del estado, ese gobernador se vio obligado a solicitar licencia al cargo por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, en septiembre de 2014.

Y eso no es todo. Otro gobernador prometió orden y paz, y mintió. Resulta que durante su gobierno surgieron más grupos de autodefensas y fueron asesinados decenas de actores políticos y sociales en la entidad.

A Evelyn Salgado le ha tocado resistir las campañas de lodo de algunos de sus opositores, quienes pretenden por todos los medios que su gobierno caiga, ya que no superan que haya llegado al poder en 2021.

Lamentablemente, esos adversarios operan desde la clandestinidad y de manera perversa utilizan las redes sociales para manchar su imagen y generar la percepción de que a ella no le importa el bienestar y seguridad de los guerrerenses.

Las tácticas de guerra sucia para intentar frenar su trabajo, no prosperarán. Por el contrario, les saldrá contraproducente. Al tiempo.

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