El Ejército los mató, dicen víctimas de la Guerra Sucia en Guerrero

Con pruebas de ADN fueron identificadas 5 de 7 víctimas de ejecuciones sumarias localizadas en fosas clandestinas

 

Marcial Campuzano // Al comprobarse la identidad de 5 de 7 víctimas de ejecuciones sumarias realizadas por miembros del Ejército Mexicano en la sierra de Ajuchitlán del Progreso en la década de los setentas, familiares directos de los fallecidos exigieron al gobierno mexicano que actúe para que los crímenes de lesa humanidad no queden impunes, y que la Secretaría de la Defensa Nacional abra los archivos de la llamada Guerra Sucia para que se haga justicia.

También exigieron que se den a conocer las bitácoras de los llamados “vuelos de la muerte”, en los que habrían sido aventados al mar decenas de cadáveres de hombres de la sierra de Atoyac, para que se proceda por esos crímenes que atentaron contra los derechos humanos en Guerrero.

En conferencia de prensa el Colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos en la Guerra Sucia desatada en Guerrero en las décadas de los sesentas y los setentas, que es representado por Octaviano Gervasio Serrano, dio a conocer que con pruebas científicas de ADN aplicadas por genetistas de las Fiscalías de Guerrero y de la Ciudad de México, se confirmó la identidad de 5 de los 7 restos humanos hallados en septiembre de 2023 en la sierra de Ajuchitlán del Progreso, corroborando que se trata de víctimas de la Guerra Socia ejecutados por militares.

Los restos humanos que están depositados en la cámara frigorífica del Servicio Médico Forense de Chilpancingo, tras haber sido exhumados de fosas clandestinas localizadas en las localidades Los Espadines y Las Desdichas corresponden a Gervasio Bernardino Durán, Bartolo Rojas Nazario, Pablo Rojas Terán, Apolonio Hernández Bernardino y a José Isabel Rojas Bernardino, “quienes fueron asesinados por elementos del Ejército”.

Están pendientes de ser identificados los restos humanos de otras 2 personas. El colectivo presume que corresponden a Eudoviges Ovillada Ortiz y a Francisco Rojas Nazario, cuyos estudios de genética no han concluido por la falta de reactivos, por los que Octaviano Gervasio Serrano pidió al gobierno federal que los adquieran para que continúen los estudios forenses.

Al confirmarse que se trata de personas que el colectivo buscaba al ser víctimas de la Guerra Sucia, exigieron al gobierno mexicano que se haga justicia, que los hechos no queden impunes y que sean reparados los daños.

Solicitaron a la presidenta de México Claudia Sheinbaum que ordene a la Secretaría de la Defensa Nacional, que abra los archivos para que se aplique la ley a los militares que participaron en las ejecuciones sumarias y extrajudiciales, que se aplique la ley a los soldados que violaron los derechos humanos y que cometieron crímenes de lesa humanidad, y que se investigue el paradero de decenas de guerrerenses que desde las décadas de los sesentas y los setentas están en calidad de desaparecidos.

El representante del Colectivo de Esposas e hijos de Desaparecidos en la Guerra Sucia Octaviano Gervasio, también exigió que la Secretaría de la Defensa Nacional dé a conocer las bitácoras de los “vuelos de la muerte”, que habrían partido de la pista aérea de Pie de la Cuesta de Acapulco con decenas de cadáveres que fueron aventados al mar, “entre éstos mi padre Octaviano Gervasio Benítez”.

En la conferencia de prensa la señora Antolina Rojas Bernardino narró la escena en la que fueron asesinados su padre Bartolo Rojas, uno de sus tíos y uno de sus sobrinos menor de edad a quien llamó Paulito, a manos de elementos del Ejército Mexicano vestidos de verde, incluso dijo que siendo pequeña también fue encañonada.

Octaviano Gervasio informó que en unos 20 días la Fiscalía General del Estado girará las notificaciones con los resultados de ADN confirmando la identidad de los restos humanos, para ser entregados a sus familiares.