MAREMÁGNUM || El censo de beneficiarios solo para damnificados de “John”

 

Ricardo Castillo Barrientos

Más de 250 mil personas afectadas por el huracán “Otis”, fueron censadas por mil “Servidores de la Nación”, de la Secretaría del Bienestar del gobierno federal, que arribaron desde otras entidades federativas para acelerar el Censo de Beneficiarios.

Este extraordinario trabajo permitió a los “censadores”, adquirir una sólida experiencia y pleno conocimiento de los territorios y personas, tampoco les eran desconocidos por las incursiones previas y la verificación de padrones de los programas sociales, impulsados por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.

Esta vasta experiencia les está facilitando las operaciones técnicas del nuevo censo a causa del huracán “John”, porque con “Otis”, miles de personas quedaron registradas sin tener daño alguno y otras se desplazaron desde la Ciudad de México y entidades circunvecinas.

En el nuevo censo se está verificando casa por casa para constatar in situ, la serie de daños materiales ocasionados por las inundaciones en cientos de colonias y comunidades de Acapulco y la entidad.

Se ha confirmado que los beneficios los recibirán exclusivamente las personas damnificadas o con pérdidas parciales, y constarán de un apoyo para limpieza de ocho mil pesos y un paquete de enseres domésticos: refrigerador, estufa, colchón, ventilador y utensilios de cocina.

Hasta el momento el gobierno federal no tiene contemplado otro tipo de ayuda; aunque se requiere el apoyo inmediato a cientos de familias que perdieron sus viviendas y aun permanecen en diferentes albergues o con familiares cercanos.

En esta ocasión no habrá chanchullos ni nada parecido, las protestas están surgiendo injustificadamente, cuando la estrategia presidencial es clara y precisa: Censo, casa por casa. Todo mundo sabe qué en el censo anterior, se registraron varias personas de la misma vivienda o propiedad y el daño era solo uno, salvo en casos de excepción.

No hay la menor duda, que “John” provocó mayores pérdidas a las familias más humildes y hasta de clase media; a diferencia de “Otis”, le pegó con mayor fuerza a las propiedades de la clase pudiente, y a la hotelería y negocios turísticos.

Otro ángulo del desastre, lo están señalando los pequeños propietarios, campesinos y ejidatarios, cuyos terrenos agrícolas fueron arrasados por desbordamientos de los márgenes de ríos, arroyos, canales y cañadas, sufriendo la pérdida de sus cultivos, sean para la comercialización o el consumo propio, como el maíz, el frijol y el chile.

Corresponde a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), hacer los registros correspondientes para apoyar a innumerables familias que perdieron sus cosechas. Antes, se les apoyaba con un seguro para siniestros agrícolas. Resulta necesario retomar este tipo de programas, por la contundencia de los embates del cambio climático.

Se ha visto el trabajo incansable de miembros del Ejército Mexicano, La Marina, La Guardia Nacional y miles de empleados de los gobiernos federal, estatal, municipales, voluntarios y personas afectadas, en las tareas de limpieza y desazolve, reconociendo la disposición y apoyo de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la gobernadora Evelyn Salgado, quien viene realizando intensas giras de trabajo en los municipios más marginados de la geografía suriana.

Marea Baja.- Definitivamente para el tri-rector Javier Saldaña Almazán, la autonomía universitaria es cosa del pasado o letra muerta, pues le pidió autorización al secretario de Educación Pública, el morenista, Mario Delgado Carrillo, para que la UAGro., reanudara sus labores académicas y administrativas, presenciales y virtuales en todos sus planteles, a partir de este lunes.

Saldaña Almazán no podía pasar la oportunidad para codearse con el ex dirigente de MORENA, y así seguir fortaleciendo sus aspiraciones para suceder a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda. El tri-rector está inmerso en una anticipada “grilla” y no descarte que hasta le haya prometido a Mario Delgado, otorgarle un doctorado honoris causa, esos que entrega sin ton ni son. Antes eran títulos honoríficos muy emblemáticos y prestigiados, ahora están degradados por las ambiciones políticas y futuristas de Javier Saldaña.

Marea Alta.- El flamante presidente municipal de Chilpancingo, Gustavo Alarcón Herrera, jamás se imaginó que desde la suplencia a la alcaldía capitalina, se encumbraría como primer edil, después de intentar en varios partidos políticos, -el último, el PAN-, convertirse en el alcalde de la capital del estado.

Salvo su traspiés de otorgarle a la Federación y al Gobierno del Estado, facultades de su incumbencia, en materia de seguridad pública, se le observó cierto desconocimiento sobre la Ley Orgánica del Municipio Libre del Estado de Guerrero, y las atribuciones de los ayuntamientos, en materia de Gobernación y Seguridad Pública.

En la última década los alcaldes de las principales ciudades de la entidad, han pedido el apoyo a las fuerzas armadas para que alguno de sus miembros ocupe la titularidad de la Seguridad Pública, que al breve tiempo son removidos por el incremento de homicidios en sus territorios. Sin embargo, el doctor Alarcón Herrera, tiene las mejores intenciones de pacificar a Chilpancingo.

Maremoto.- El desbarajuste o descontrol que existe en el ayuntamiento de Acapulco, le tiene sin cuidado a la alcaldesa porteña, Abelina López Rodríguez, mientras ella se dedica a tareas proselitistas hacia la gubernatura, ha dejado en manos de Leticia Lozano, secretaria general, todas las facultades y operaciones políticas y administrativas de la presidencia municipal.

Abelina López se le metió hasta la cocina a Marcelo Ebrard, ex canciller y actual secretario de Economía, y considera erróneamente, que don Marcelo volverá a refrendarle el apoyó como lo hizo con la reelección a la alcaldía y si así sucediera, sería el peor castigo que sufrirían los guerrerenses.