Roberto Santos // En un gesto de solidaridad y responsabilidad, la 64 Legislatura de Guerrero está analizando la posibilidad de donar un mes de salario para apoyar a los damnificados por las lluvias del huracán John.
En un momento de emergencia para cientos de personas que han resultado afectados por el exceso de lluvia, es necesaria la mano amiga de quienes son representantes de la ciudadanía en el Congreso local.
Este tipo de iniciativas siempre despiertan múltiples reacciones entre la población, que espera un compromiso genuino de sus representantes ante situaciones como la que están padeciendo.
Jesús Urióstegui, presidente de la JUCOPO, quien ha sido uno de los principales impulsores de la propuesta, dejó entrever que las conversaciones al interior de la Junta de Coordinación Política van por buen camino para hacerla realidad.
“Hay toda la disposición y la voluntad”, asegura el legislador.
El diputado tiene razón cuando destaca la importancia de establecer un esquema claro y transparente para asegurar un manejo transparente de los recursos y que lleguen a quienes realmente lo necesitan.
En tiempos en que la confianza en los políticos es frágil, la transparencia en el uso de recursos públicos es un elemento clave.
Las donaciones de este tipo deben ir acompañadas de mecanismos que aseguren que el dinero no se pierda en trámites burocráticos o que se utilice con fines electorales.
Y es que las promesas de ayuda que no se cumplen o se desvían generan un daño irreversible en la credibilidad de las instituciones.
No hay que pasar por alto que desde el viernes de la semana pasada, la explanada del Congreso del Estado se ha convertido en un centro de elaboración de alimentos, de donde salen cientos de platillos hacia los distintos refugios instalados en Chilpancingo por el gobierno estatal.
Esta acción muestra que la Legislatura está tomando medidas inmediatas para paliar los efectos del desastre natural, aunque la donación económica aún esté en discusión.
Entregar alimentos a quienes están en los albergues, no solo refleja un gesto de buena voluntad por parte de los diputados, sino también el reto de manejar adecuadamente una crisis.
Además, el equipo del diputado Jesús Urióstegui entregó colchonetas y cobijas a quienes lo necesitaban en el momento que se abrieron los albergues y cuando la gente llegó a ellos sin más que lo que llevaban puesto.
Y en algunos lugares apoyaron con máquinas retro excavadoras y camiones, para abrir calles y levantar la tierra y el lodo.
La política de la solidaridad es fundamental y debe ser en los momentos oportunos.
Seguramente habrá cientos de personas agradecidas por los alimentos, y por la ayuda en la limpieza de sus calles en esta situación verdaderamente complicada, donde convergieron manos amigas de distinta naturaleza.
La población de Guerrero estará pendiente de las demás acciones que tomen sus representantes en el Congreso local, esperando que haya más hechos concretos que sigan beneficiando a quienes más lo necesitan.
Queda por ver si la donación de un mes de salario se concreta la próxima semana y, más importante aún, cómo es que estos llegan a su destino.
Mientras tanto, el compromiso de los legisladores debe mantenerse firme no solo en tiempos de emergencia, sino en cada una de las decisiones que afecten la vida de los guerrerenses.