Contexto Político || Estilo personal de gobernar y momentos críticos del gobernante

 

Efraín Flores Iglesias

Todos los que han tenido el privilegio o la oportunidad de gobernar Guerrero han impuesto un sello personal a su administración.
Lo cierto es que muy pocos han sido queridos y respetados por los ciudadanos, pues la mayoría de los gobernadores han tenido que salir por la puerta trasera, debido a sus excesos (tolerar actos de corrupción y meter las manos por funcionarios ineptos) y omisiones en momentos críticos.

La personalidad es una parte fundamental en el ejercicio del poder, porque detrás de las decisiones institucionales hay personas, seres humanos con virtudes y defectos, y que las decisiones que toman impactan especialmente a los habitantes del territorio que gobiernan.

No todos los que han gobernado Guerrero tuvieron el carácter para tomar decisiones serias, ya que irresponsablemente delegaron el poder a sus familiares y amigos. Y lo que es peor: minimizaron las protestas sociales, la presencia del crimen organizado y el impacto de los fenómenos naturales (sismos y huracanes).

Lo peor de todo es que muchos de esos ex mandatarios estatales pretenden ahora dar clases de moral, política y gobernanza.

Gobernar Guerrero nunca será una tarea fácil, mucho menos cuando se tienen serios problemas ancestrales y el impacto de huracanes, sismos e incendios forestales.

Un buen gobernante es aquel que previene y atiende los conflictos sociales, pero, sobre todo, el que cuida la gobernabilidad y el bienestar de su pueblo.

La gobernabilidad, de acuerdo a diversos especialistas en derecho y ciencia política, consiste en la capacidad de ejercer el poder de un Estado constitucional, por lo que tiene relación con la democracia, en tanto que la gobernanza concierne a la forma como se llevan a cabo las tareas de mando en general.

Desde el 15 de octubre de 2021 a la fecha, el estado de Guerrero es gobernado por la maestra Evelyn Cecia Salgado Pineda, una mujer que ha mostrado seriedad, humildad y respeto a la ley y a las instituciones.

No es una gobernante de pleitos, sino todo lo contrario. Es alguien que le apuesta al diálogo y a la construcción de acuerdos para sacar adelante a Guerrero.

Desde hace tres años mantiene una excelente relación con los titulares de los Poderes Legislativo y Judicial, así como con los presidentes municipales y titulares de órganos autónomos.

Ha sido tolerante a la crítica periodística y públicamente ha manifestado su respeto a la libertad de expresión y a los medios de comunicación, contrario a algunos personajes de triste memoria que tuvieron importantes responsabilidades públicas y que dedicaron mucho tiempo a sembrar odio.

Evelyn Salgado es una gobernante que busca mejorar las condiciones de los 85 municipios del estado. Su gobierno no distingue colores, tan es así que mantiene una buena coordinación con los presidentes municipales y con el gobierno federal.

La gobernadora Evelyn Salgado es una mujer mesurada, discreta y cuidadosa de sus expresiones. Y esos tres elementos le favorecen ante la opinión pública.

Al igual que otros gobernantes, ha enfrentado momentos difíciles. Pero en lugar de doblegarse, analiza bien la situación y toma decisiones responsables.

Desde hace una semana, ha estado al pendiente de las lluvias y afectaciones que ocasionó el huracán “John” durante su paso por la entidad.

Demostró nuevamente que su gobierno no es de escritorio, sino de territorio. Su buena relación con el gobierno federal ayudará bastante en la reconstrucción de caminos, carreteras, puentes, escuelas, centros de salud y viviendas que sufrieron serios daños.

Y qué bueno que la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo visite Guerrero mañana miércoles, un día después de rendir protesta como presidenta de la República, para evaluar junto con la gobernadora los daños ocasionados por el huracán.

Seguramente anunciará un plan para reconstruir Guerrero, porque debe quedar claro que no solamente Acapulco resultó afectado. Tierra Caliente, la Sierra, las dos Costas y las regiones Centro y la Montaña también sufrieron serios daños.

En efecto, es obligación de todo gobernante atender las necesidades de su pueblo y estar cerca de sus gobernados en momentos críticos. Pero hay que recordar que no todos los gobernadores fueron responsables durante la contingencia generada por huracanes.

Otros bebían y bebían, mientras llovía y llovía…

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