Zona Cero || La expulsión de Norma Otilia de Morena

 

Roberto Santos // La política en Guerrero, como en buena parte del país, nos sigue sorprendiendo con capítulos donde la realidad supera la ficción.

En las distintas plataformas informativas, circula el documento de la CNHJ donde a la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, se le expulsa de Morena.

Este movimiento es sorpresivo y abrupto, que hace pensar más en una purga que en un acto de justicia partidista, lo que nos recuerda el dicho aquel de que la izquierda contiene el germen de su propia destrucción.

Por lo que la resolución CNHJ-GRO-145/2023, hecha pública el 5 de septiembre, ha generado revuelo en Chilpancingo y dudas sobre la transparencia del proceso.

Según lo denunciado, la presidenta municipal fue excluida sin siquiera conocer quién interpuso la impugnación en su contra, en un proceso que parece más digno de un poder absolutista que de un partido que lleva la palabra “honestidad” en su propio nombre.

¿Será que en Morena se ha comenzado a interpretar la “justicia” a conveniencia, dependiendo de qué facción esté en juego?

Norma Otilia Hernández, debe tener la oportunidad de defenderse en condiciones equitativas, ante el actuar de la CNHJ.

Eso es lo que haría un partido democrático.

Vale preguntarse: ¿Morena ha decidido volverse juez, jurado y verdugo en sus propios procesos?

La situación es doblemente preocupante porque, además de afectar a una figura pública, lanza un mensaje claro a los militantes del partido: hoy puedes ser parte del proyecto, pero mañana podrías caer en desgracia si tu influencia estorba a los intereses de turno y entonces puedes ser tú el sacrificado.

Y aquí está el quid del asunto: la política no es (y nunca lo ha sido) un juego de justicia imparcial, sino de poder, y la purga de Hernández podría ser el comienzo de una reconfiguración interna en Morena, especialmente pensando en los próximos comicios, donde se pretende excluirla de la jugada.

Pero todavía hay algo más preocupante en la expulsión que las pugnas internas.

Si las voces que acusan a la CNHJ de actuar de manera arbitraria están en lo correcto, entonces estamos ante una violación de derechos, no solo políticos, sino humanos.

Hernández Martínez no fue notificada de manera clara ni se le dio oportunidad de defenderse con los elementos de rigor.

Y si así se están manejando las cosas en Morena, cabe preguntar: ¿en qué momento el partido que prometía ser diferente decidió hacer del “debido proceso” un accesorio opcional?

La expulsión o intento de expulsión difícilmente hará que deje la silla vacía en la política local y, contrario a ello, pueden generar mayor activismo por parte de la expulsada para incidir en la elección que viene.

Quizá sea momento de que Morena revise su manual partidista, antes de que su credibilidad se diluya entre expulsiones y decisiones opacas como el agua turbia de la política mexicana.