Roberto Santos // La ratificación de la victoria de Alejandro Arcos Catalán en la elección a la presidencia municipal de Chilpancingo es la mejor manera de refrendar la importancia de respetar la voluntad ciudadana.
El Tribunal Electoral del Estado de Guerrero al confirmar la validez de la elección, ha enviado un mensaje claro: en una democracia, la voz del pueblo es la que manda.
El pueblo manda, dicen los morenistas y lo ratifica el TEE.
Esta decisión demuestra que las instituciones electorales hacen su parte para garantizar que cada voto cuente y que cada resultado refleje fielmente la decisión de los votantes.
En un mundo donde las elecciones son a veces cuestionadas sin fundamento, solo por meter ruido y desestabilizar la vida social y política, esta resolución revalida no solo el triunfo de un candidato, sino el valor de la democracia misma.
Y es que el respeto a los resultados electorales es fundamental para mantener la estabilidad y la paz social.
Por eso cuando un líder o un partido decide ignorar las reglas y los resultados, pone en riesgo la legitimidad del sistema democrático.
En este escenario es vital recordar que la democracia no se agota en el acto de votar.
Implica también el respeto a los resultados y la aceptación de gobernar para todos por parte del ganador.
Porque el verdadero demócrata no es aquel que celebra cuando gana y niega los resultados cuando pierde.
El juego democrático implica alternancia, diálogo, y sobre todo, respeto por las instituciones, por los oponentes, y sobre todo, por la ciudadanía, la verdadera soberana.
Siendo que la voluntad popular es el pilar fundamental sobre el que se erige cualquier democracia, y es en las urnas donde cada ciudadano tiene la oportunidad de expresar su deseo para el futuro, es obligación de todos respetar ese deseo, competidores e instituciones encargadas de validar los resultados.
En Chilpancingo, el TEE ha hecho justamente eso: ha escuchado la voz de los ciudadanos y la ha convertido en la guía para el futuro del municipio.
Está claro que la victoria de Alejandro Arcos Catalán no es solo suya, sino de todos los chilpancingueños que depositaron su confianza en él.
Aunque también es una victoria de la democracia, que ha salido fortalecida al demostrar que, cuando se respeta la voluntad del pueblo, las instituciones electorales pueden cumplir su función de manera transparente y justa.
Es decir, cuando el TEE ratifica una elección después de una revisión exhaustiva, está cumpliendo con su deber de proteger la integridad del proceso democrático.
Por lo tanto, este fallo no solo da certeza a los resultados de la elección, sino que también refuerza la confianza de la ciudadanía en el sistema electoral.
Con la ratificación de su victoria, Alejandro Arcos Catalán asume una responsabilidad enorme: gobernar Chilpancingo ajustado a los compromisos que prometió durante su campaña, así como construir una administración que busque el progreso para todos los habitantes del municipio.
En síntesis: el respeto a la voluntad popular y a las reglas de la democracia es la base sobre la cual se construyen sociedades justas y equitativas.
Y la decisión del TEE es un recordatorio de que la democracia sigue siendo el mejor camino para construir un futuro en el que la voz de todos sea escuchada y respetada.
Este es el verdadero triunfo que debemos todos festejar.