Roberto Santos // En un contexto donde las políticas migratorias de los países vecinos a menudo parecen desconectadas de las realidades humanas que afectan a millones de familias, el gobierno de Guerrero, bajo la administración de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, ha demostrado un compromiso significativo hacia uno de los sectores más vulnerables de su población: los adultos mayores.
A través de la Secretaría del Migrante y Asuntos Internacionales (SEMAI), que dirige la exdiputada federal, Silvia Rivera Carbajal, surge el programa “Lazos Migrantes” que está haciendo realidad la esperanza de aquellos que buscan reunirse con sus seres queridos en Estados Unidos.
Recientemente, dos grupos adicionales de adultos mayores fueron acompañados por la SEMAI al Centro de Atención a Solicitantes (CAS) en la Ciudad de México, donde completaron el primer paso para obtener su visa americana: la toma de huellas dactilares y fotografía.
Estos solicitantes, provenientes de diversas regiones del estado, como Acapulco, Centro, Costa Chica, Costa Grande, Montaña y Norte, lograron avanzar en un trámite que representa mucho más que un simple papel: es la posibilidad de reconectar con hijos, nietos y familiares que han migrado en busca de mejores oportunidades.
Lo que hace que este esfuerzo sea particularmente loable es la atención personalizada y el acompañamiento que los beneficiarios reciben, encabezado por el Director General de Vinculación con Organismos Internacionales, Daniel Agis Eslava, bajo la supervisión de Rivera Carbajal.
Este enfoque no solo facilita el proceso burocrático, sino que también da un rostro humano a una iniciativa gubernamental que, a menudo, podría perderse en la frialdad de la administración pública.
Sin embargo, no podemos ignorar que este programa también tiene implicaciones políticas.
En una entidad como Guerrero, donde la migración es un fenómeno omnipresente, el éxito de “Lazos Migrantes” muestra que la gobernadora Salgado Pineda es una líder cercana a las necesidades de su pueblo, sensible a las profundas heridas que deja la separación familiar forzada por la necesidad económica.
Además, este esfuerzo se enmarca en un contexto nacional donde las políticas migratorias y la relación con Estados Unidos siguen siendo temas delicados y de gran relevancia.
La movilidad transfronteriza de personas sigue siendo un reto en las relaciones bilaterales, y programas como “Lazos Migrantes” son un recordatorio de que las políticas públicas a nivel local pueden ofrecer soluciones prácticas y humanas a problemas que trascienden fronteras.
En última instancia, el éxito de este programa no solo depende de la diligencia con la que se gestionan los trámites, sino también del contexto político y social que lo rodea.
El gobierno de Guerrero, a través de “Lazos Migrantes”, está construyendo puentes entre familias separadas por la distancia y el tiempo, y en el proceso, está dejando una huella indeleble en la comunidad migrante y en el legado de la administración actual.