Zona Cero || El agandalle de un partido y el efecto Mario Moreno

Roberto Santos // Las recientes maniobras dentro de Movimiento Ciudadano (MC) han desatado una ola de críticas y desencanto, sobre todo entre aquellos que ven con preocupación cómo las peores prácticas políticas del pasado están resurgiendo con fuerza.

Los señalamientos no son menores: dentro de ese partido, se ha acusado a un grupo de ex priistas de llegar con la intención de agandallarse todo, imponiendo su voluntad y dejando de lado a quienes no se alinean con ellos.

El episodio más reciente, fue la designación de los delegados del partido.

La mayoría pertenece a los expriistas, cuyo líder máximo tendrá en sus manos el control total de este instituto político.

Con eso, ya tienen la manera de cerrarle el paso a Mario Moreno, quien con su candidatura colaboró incrementando significativamente el porcentaje de votos para MC en los últimos comicios.

En números: de 48 mil que obtuvieron en 2021 pasaron a 200 mil en 2024.

Ahora surge la pregunta: ¿realmente merece Mario Moreno este trato tan vulgar?

Después de todo, su labor no solo fortaleció al partido en las urnas, sino que también les aseguró espacios de poder, como diputaciones, regidurías, sindicaturas y presidencias municipales, así como la mayores recursos económicos a través de las prerrogativas.

MC vivirá un “efecto Mario Moreno” para regocijo de algunos.

Sin embargo, parece quedar claro que la intención del grupo dominante es contundente: apropiarse de MC y hacer a un lado a quien podría ser visto como una amenaza para sus intereses.

Este agandalle no es solo una muestra de ambiciones políticas desmedidas, sino también un recordatorio de cómo el poder, cuando no está bien distribuido, puede ser usado para silenciar voces disidentes y consolidar la hegemonía de unos pocos.

Si la mayoría de los delegados responden a un grupo político en particular, es evidente que el resultado de la próxima asamblea ya está cantado: la candidata de ese grupo será quien tome las riendas del partido en el estado.

Así, el mensaje para Mario Moreno es claro: en MC ya no hay espacio para él.

Las puertas se le están cerrando, y su única opción viable parece ser buscar nuevos horizontes, donde su trayectoria y capacidad sean valoradas en su justa medida.

Y donde pueda ocupar un lugar destacado en las estructuras de liderazgo.

La situación en MC es un microcosmos de la política mexicana: una lucha constante entre la renovación y la reproducción de viejas prácticas.

Y mientras tanto, la verdadera pregunta que queda en el aire es si este tipo de estrategias realmente fortalecen a ese partido, o si, por el contrario, lo condenan a repetir los errores del pasado, alejando a quienes, como Mario Moreno, podrían haber contribuido a su crecimiento desde una perspectiva diferente.