Roberto Santos // Es difícil creer que el proceso de selección de la dirigencia de Movimiento Ciudadano (MC) vaya a desarrollarse sin contratiempos, como lo asegura Héctor Astudillo.
Aunque para algunos sería ideal que este proceso transcurriera sin rupturas ni divisiones internas, la realidad pinta un panorama distinto.
Dentro del partido, ya se escuchan quejas de que Astudillo ha importado las prácticas más cuestionables del PRI a este nuevo instituto político, especialmente el agandalle y la imposición.
A pesar de que se ha intentado cuidar las formas, el lenguaje revela lo que realmente ocurre al interior de MC y la profunda fractura entre el exgobernador y Mario Moreno.
No puede interpretarse de otra manera cuando, en una entrevista reciente, Astudillo afirma que “son tiempos de mujeres y jóvenes”.
Mario Moreno, al no ser joven, queda automáticamente fuera de la ecuación.
Hay que agregar que lo que dijo Erika Lurhs acerca de que Gabi Bernal podría ser la candidata para la dirigencia, fue un claro mensaje hacia adentro y afuera de su partido: Mario no es el elegido.
En política, las coincidencias no existen. Es evidente que los discursos han sido alineados para dejar fuera a Moreno Arcos.
Con el control de piezas dentro de MC, el exgobernador hará lo que le plazca con ese partido.
Pero no olvidemos que Movimiento Ciudadano ha sido, en muchas ocasiones, comparsa de Morena y del presidente de México.
Mario Moreno, quien traía consigo una carrera política envidiable, cometió el error de unir sus proyectos a los de Héctor Astudillo, quien lo ha tratado como un simple peón.
Astudillo lo utiliza cuando le conviene y lo margina cuando se trata de favorecer a los suyos.
Por lo que algunos observadores sugieren que, más que encontrar un aliado, Mario halló en Astudillo su cruel verdugo.
Si Dante Delgado no respalda a Mario Moreno para la dirigencia de MC en el estado, es altamente probable que Moreno decida abandonar el partido.
Este sería el momento oportuno para que Mario Moreno se separe políticamente del exgobernador.
Con ello, tendría mayores posibilidades de retomar su carrera sin la sombra de aquel.
De no hacerlo, corre el riesgo de que para 2027, Astudillo busque alianzas con otros actores políticos para sepultar definitivamente la carrera de Mario.