Adiós, MILENIO

 

Ángel Aguirre Rivero 

Como todo en la vida, lo que empieza termina. Hace algunos años recibí una llamada de mi amigo Francisco González Albuerne, vicepresidente ejecutivo de Multimedios (MILENIO), para invitarme a un café en su oficina. Eran días aciagos para mí, después de los acontecimientos de Ayotzinapa en Iguala, que ocurrieron hace ya casi 10 años.

Algunos que se decían mis amigos me dieron la espalda, y otros negaron su amistad, pero he comprendido que es parte de la naturaleza humana y que la política es así, como he llamado a una columna política que escribo para un prestigioso medio de Guerrero.

—¿Qué estás haciendo, Ángel? —me preguntó Pancho. Le comenté que estaba dedicado a atender algunos asuntos particulares y a la preparación de un libro que posteriormente fue publicado por la editorial Milenio con el nombre de La otra verdad.

—¿Por qué no escribes para MILENIO Diario? —me dijo Pancho generosamente. Escribe sobre el tema que tú quieras y, si quieres, da preferencia a los temas de tu estado.

Nunca voy a olvidar esa muestra de verdadera amistad.

Hoy, después de 10 años, no se me ha imputado nada sobre el caso Ayotzinapa, a pesar de que sus abogados, y particularmente Vidulfo Rosales, han envenenado a una parte de la opinión pública a través de sus declaraciones tendenciosas, insistiendo en que yo participé en tan lamentables hechos.

Hoy se ha demostrado que no fui partícipe de la famosa “Verdad Histórica”, que nunca tuve vínculos con la delincuencia organizada, que actuamos con oportunidad y rescatamos a más de 60 jóvenes desaparecidos que podrían haber corrido la misma suerte que los normalistas cuyo paradero aún desconocemos.

Que el C4 nunca fue operado por el gobierno del estado, sino por el Ejército, razón por la cual nunca recibí información de lo que estaba ocurriendo en tiempo real y fui desorientado por un alto mando castrense, quien me aseguró que no debía preocuparme, ya que se trataba de una farsa y que no había tales desaparecidos, indicándome que éstos se encontraban en las instalaciones de la escuela Normal de Ayotzinapa. ¿Por qué este alto mando compartió esta información conmigo?

De los policías y miembros de la delincuencia organizada que fueron detenidos durante los pocos días que tuvimos la investigación a nuestro cargo, ninguno ha recuperado la libertad, gracias al profesionalismo con el que actuó el entonces procurador Iñaki Blanco Cabrera.

Pero Vidulfo y compañía me han denostado cuantas veces han querido, perturbando mi carrera política durante estos 10 años, porque a pesar de sus insidias, he sido invitado en diversas ocasiones a participar por cargos de elección, pero he adoptado una actitud de prudencia. Con todo, hay algo que nunca podrán quitarme: el respeto y cariño del pueblo de Guerrero, mi pueblo, que sabe bien quién es Ángel Aguirre Rivero.

Otros tiempos vendrán y otros derroteros nos aguardan. Hoy digo adiós a MILENIO Diario, agradeciendo y reconociendo el espacio que se me ha brindado todo este tiempo.

Hace unos días recibí una llamada sorpresiva, era mi amigo Francisco González para decirme: “Ángel, estoy en México, te invito a un café…”. Me disculpé con él porque tomé unos días de vacaciones para disfrutar con mis nietos, que son mi adoración: Santiago y Leonardo. Quedamos en vernos a mi regreso.

Pero me adelantó algo que le agradezco mucho: “Amigo, queremos que seas comentarista o analista político en MILENIO Televisión, al menos una vez por semana”.

La verdad es que la noticia me tomó por sorpresa, la valoro muchísimo y tomaré mi decisión en los próximos días, pues no es cualquier cosa; significa para mí una gran responsabilidad y una distinción importante.