Aún cuando el PRI ha perdido gobiernos estatales con resultados humillantes desde la llegada del actual dirigente nacional, en la Asamblea Nacional priístas dejando por un lado principios aprueban reeleccion de Alito por dos periodos hasta el 2032.
De verguenza es la calificación reprobatoria de miles de priístas con tal decisión de reeleccion a un líder de cúpula que lo único que ha logrado es convertir al partido en un instituto sectario por encima de la ambición y oportunismo personal.
No obstante, un grupo de al menos 267 priístas se rebelaron en contra la decisión de Alejandro Moreno Cárdenas de reelegirse ocho años más al frente de la dirigencia nacional del tricolor, por lo que exigieron su salida inmediata.
Entre ellos los expresidentes nacionales del PRI, Dulce Marí Sauri, Pedro Joaquín Coldwell, José Antonio González Fernández y Enrique Ochoa Reza, así como el ex candidato presidencial Francisco Labastida y 11 exgobernadores.
Mediante un pronunciamiento, los inconformes anticiparon en cuánto tiempo y forma postergar la XXIV Asamblea Nacional hasta después del mes de agosto, una vez que concluya el periodo estatutario de Moreno Cárdenas Alito.
Con la decisión mayoritaria continuará al frente de la dirigencia nacional, con lo cual sumará 13 años, pero además, tendrá la facultad de quitar e imponer espacios y endeudar hasta por el equivalente del 20% de las prerrogativas que recibe.
De igual manera, por la aspiración ventajista reducirá el Consejo Político Nacional, al quitar 212 asientos de la CTM, la CNC, la CNOP, de los dirigentes y presidentes municipales, a los consejeros electos y a todas las organizaciones.
Por lo que de reacción inmediata, los expresidentes nacionales del PRI, Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes, expresaron su rechazo a la decisión a favor de Alito e incluso Beltrones adelantó que será un senador libre.
Las señales del partido sectario de lo poco que queda del PRI obedecen a no acceder al cambio con las nuevas generaciones además de seguir lucrando al interés particular inclusive familiar en la práctica en actos de pena y verguenza.
Y con esta decisión y en la inconformidad de centenares de liderazgos está claro el rumbo de quiebra desde la cúpula a un partido que en breve estará sometido al desaparecer el registro al igual como lo presenta el PRD en el ámbito nacional.
La vergüenza es una emoción propia que oculta Alejandro Moreno y que por su pleno egoísmo no le permite admitir los ciclos de representación, es decir no tiene llenadera se ha convertido en un actor oscuro y gris a falta de juicio.