Contexto Político || Guerrero: gobernantes, crisis políticas y ciudadanos exigentes

 

Por Efraín Flores Iglesias
Efraín Flores Iglesias

Los ciudadanos son cada vez más exigentes con los gobiernos. Y eso no solamente ocurre en Guerrero, sino también en otras entidades de la república y en el mundo.

¿Y qué exigen los ciudadanos? Desde luego que mejores servicios, políticas públicas efectivas, desarrollo, crecimiento, disminución de la pobreza y la marginación, y mejores niveles de vida.

Dar buenos resultados es una tarea muy complicada para cualquier autoridad, sobre todo en una entidad con muchos años de abandono y marginación social, como es el caso de Guerrero.

En campaña, algunos candidatos hacen propuestas serias o se comprometen en hacer un buen gobierno, pero también hay quienes prometen soluciones mágicas que muy difícilmente pueden concretarse. 

En 2005, un candidato prometió que Guerrero sería mejor. Ganó e inauguró la primera alternancia. Pero Guerrero no cambió para bien, pues la violencia se recrudeció y los grupos del crimen organizado se pelearon a sangre y fuego el control de las plazas.

En 2011, las cosas no mejoraron. El ganador de aquella elección de gobernador prometió transformar Guerrero. Hizo mucha obra pública, pero cometió el grave error de delegarle el poder a uno de sus familiares. Y un año antes de concluir el periodo para el que fue electo, se fue por un lamentable hecho de sangre (el ataque armado y desaparición de 43 normalistas en la ciudad de Iguala).

Un año después de ese triste episodio, un personaje prometió orden y paz para Guerrero, y falló. El crimen organizado se fortaleció y surgió otro grupo de autodefensa.

Gobernar Guerrero nunca será fácil, porque las demandas son muchas. Además, muy pocos gobernadores han concluido sus periodos. La mayoría se han tenido que ir antes porque han cometido el grave error de meter las manos al fuego  por sus colaboradores y no saber escuchar la voz del pueblo.

Todo gobernante comete errores. Ninguno se salva de ser cuestionado por su desempeño o por el actuar de sus colaboradores. 

Y muy pocos gobernantes son tolerantes a la libertad de expresión y al ejercicio periodístico. Muchos prefieren confrontarse con los medios de comunicación, como recientemente ocurrió con una presidenta municipal de la región  Centro, quien mal asesorada por su equipo jurídico y aplaudidores, decidió hace un año interponer una queja ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) por presunta violencia política en razón de género, y que llegó hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en donde los magistrados no le dieron la razón y que fue un triunfo para la libertad de expresión.

Un buen gobernante es el que sabe escuchar al pueblo, comunicar y cómo hacer frente a una crisis política y social.

Aunque siempre se ha dicho que una crisis es también una oportunidad de mejorar, lo cierto es que son pocos los políticos que están preparados para enfrentarla cuando se presenta.

De acuerdo al experimentado consultor en comunicación política, catedrático, autor y editor de libros de marketing político y gobernanza, Javier Sánchez Galicia, el conflicto es algo común en el ejercicio del poder. Sin embargo, si el conflicto no se resuelve a tiempo se puede convertir en una crisis política.

En marzo de 1996 y en octubre de 2014 cayeron dos gobernadores (Rubén Figueroa Alcocer y Ángel Heladio Aguirre Rivero) que tenían amplia experiencia en el ejercicio del poder. Ni sus buenas relaciones en el centro del país los salvaron para permanecer en el poder. Se fueron por la puerta trasera…

La caída de dichos gobernantes también afectó la imagen de los partidos políticos (PRI y PRD) que los llevaron al poder, ya que años después fueron desplazados en las urnas por otras fuerzas políticas.

Sánchez Galicia recomienda constantemente a sus alumnos,  clientes y lectores que una vez que se está partiendo una crisis política, lo mejor es realizar una serie de pasos para atenderla de forma multidisciplinaria, con especialistas en el tema.

En efecto, para hacerle frente a cualquier crisis política se requiere especialistas y no a ignorantes en el tema.

Las crisis políticas y sociales son pan nuestro de cada  día en el estado de Guerrero, ya que los adversarios políticos del gobernante en turno hacen hasta lo imposible para que fracasen, utilizando la estrategia de la zancadilla.

Desde luego que también hay crisis que se generan por la omisión del propio gobernante y de su equipo.

El pasado 2 de junio se llevaron a cabo elecciones en todo el país, y el gran ganador fue Morena. Y Guerrero fue uno de los estados que más votos le aportó a Claudia Sheinbaum Pardo.

Muchos se preguntan: ¿Y por qué en Guerrero ganó Morena si las cosas no andan bien en algunos rubros?

Cada quien puede tener sus propios puntos de vista.

Los adversarios políticos de Morena aseguran que hubo “dados cargados” a favor de los candidatos del oficialismo. Y los seguidores de la 4T afirman que se impuso la voluntad de un pueblo que está agradecido con las obras y programas sociales que han realizado y entregado el presidente Andrés Manuel López Obrador y la gobernadora Evelyn Salgado Pineda. 

Lo cierto es que Evelyn Salgado Pineda también ha sorteado muchos obstáculos en sus casi tres años de gobierno. 

No la ha tenido fácil. 

En el pasado proceso electoral fue respetuosa del proceso de selección de candidatos y de las campañas. Ningún dirigente partidista la denunció por meter las manos en la elección. Y eso es un punto a su favor.

En los últimos meses ha realizado importantes cambios en su gabinete, lo cual también es destacable y contribuye a la gobernabilidad del estado.

Este lunes, por ejemplo, anunció la designación de Simón Quiñones Orozco como nuevo titular de la Secretaría de Turismo, quien sustituye a Santos Ramírez Cuevas.

Y con el objetivo de revertir el cambio climático y concientizar en el cuidado del medio ambiente, su gobierno impulsa acciones.

El fin de semana, encabezó la conmemoración del “Día Mundial del Árbol” y entregó plantas para la reforestación de Ecosistemas Degradados en la entidad.

Guerrero merece gobernabilidad y el esfuerzo de todos. 

Y los que desde la clandestinidad maquinan la estrategia de la zancadilla, deben entender que la mayoría de los guerrerenses le apuestan a que las autoridades les vaya bien, porque sólo así le irá bien a Guerrero.

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