¡Jálalo que es pargo!

Paz y tranquilidad a Xaltianguis

Por Jacko Badillo

Uno de las comunidades rurales a la que más cariño le tengo es Xaltianguis. He recorrido prácticamente todo el municipio, tengo amigos entrañables en cada una de las localidades, pero con ésta en particular tengo un sentimiento especial.

No fue fortuito que cuando incursioné por primera vez en la política persiguiendo mi más grande sueño que es ser presidente municipal de Acapulco, fue en este pueblo donde llevé a cabo mi arranque de campaña, y las fotografías dan cuenta del fuerte respaldo que recibí de los ciudadanos.

Hoy desafortunadamente esa población, en donde tengo la fortuna de contar con grandes amistades que aprecio y respeto, se encuentra inmersa en una vorágine de inseguridad y violencia, en la que tienen que ver, quien lo diría, grupos de civiles armados autonombrados policías comunitarios que, paradójicamente, llegaron con el pretexto de brindar seguridad a la población.

Más allá de disputas por el territorio y supuestas reyertas de grupos por demostrar quién tiene la razón, en mi modesta opinión creo que las autoridades, en sus tres órdenes de gobierno, deben de intervenir decididamente y no renunciar a la obligación institucional que tienen de garantizar la seguridad, la paz y tranquilidad de sus habitantes.

Hay que tener en cuenta que Xaltianguis es la comunidad más grande después de la cabecera municipal, y ya es tiempo de que el problema sea atendido con la seriedad que amerita. Dejarle a los ciudadanos una tarea que compete al gobierno está visto que no es el camino, no sólo ahí, sino en todos los lugares donde operan grupos de civiles armados.

Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!