La temporada de huracanes pronosticados en los océanos Pacifico y Atlántico presentes para este año meteorológico serán preocupantes sobre la degradación del medio ambiente, por lo que, la autoridad debera prevenir en consecuencia.
De frente a la inminente temporada de tales fenómenos no se debe tomarla a la ligera gobiernos con sus organismos de Protección Civil como la reciente experiencia inesperada de Otis a super huracán devastando Acapulco.
De acuerdo a los pronósticos de 41 ciclones en dichos océanos, al menos cinco de ellos impactarán, aunque se desconoce la magnitud de ellos y ante lo errático del comportamiento de Otis, no se alcanza percibir lo que puede ocurrir.
Sin entrar al pánico y a lo extraoficial en general debemos aceptar que los huracanes son producto del cambio climático, de lo que cada vez son más frecuentes por el aumento de las temperaturas globales calientes en intensas.
Lo anterior es inevitable cuestionarnos si en los municipios estamos preparados para enfrentar esta nueva realidad, luego de que las autoridades ambientales y de protección carecen de presupuesto en diseñar protocolos de actuación.
Por lo que se requiere fortalecer los sistemas de alerta mejorando las estrategias de adaptación y mitigación en la regiones susceptibles al embate de huracanes, particularmente en las comunidades y pueblos más vulnerables.
Los gobiernos en conjunto se han dormido en sus parcelas en no desarrollar políticas que integren el fenómeno del cambio climático en su planificación urbana en proteger las infraestructuras físicas resilientes a los impactos metereologicos.
En razón son algunas ideas con visión de lo que debe tener presente los gobiernos y como sociedad, para adaptarnos y resistir con verdaderos protocolos de prevención antes los vigentes huracanes en otros países.
Solamente regresar al pasado con los sucesos que dejó Paulina y recientemente Otis donde fue una sorpresa para las autoridades no estar preparados en lo que se refiere a la crisis de visión con la prevención de tal magnitud de tales huracanes.
No se trata de descalificar lo que está al alcance de la federación, pero, solamente por citar los hospitales de Guerrero presentan la peor crisis con la transferencia al programa modificado IMSS-Bienestar a convencía del gobierno de México
Al respecto severas limitaciones en medicamentos, los pacientes los tienen que pagar, ni siquiera alimentos para los enfermos y médicos, mientras que la autoridad se incrusta en este momento en la siguiente administración federal.