A 20 días que concluyan las campañas de Ayuntamientos en el estado de Guerrero, es claro que la pelea es entre las coaliciones Morena-PT-PVEM y PRI-PAN-PRD.
Los candidatos de Movimiento Ciudadano y de los ocho partidos con registro estatal ganarán pocas presidencias municipales. Y muy pocos alcaldes tendrán el privilegio de reelegirse.
En el municipio de Eduardo Neri (Zumpango), por ejemplo, Sara Salinas Bravo encabeza las preferencias electorales.
Si en 2021 ganó la presidencia municipal solamente con el respaldo del Partido del Trabajo (PT), ahora tiene más posibilidades de ganar con el apoyo de Morena y el Partido Verde, fuerzas políticas que en este proceso electoral suscribieron una alianza con el PT en varios municipios de la entidad.
La mayoría de los estrategas electorales coinciden que para poder conseguir una postulación a un puesto de elección popular son muy importantes las actitudes y aptitudes que muestre y tenga en relación con la política y hacia la vida en general.
Los electores son cada vez más observadores y valoran más las actitudes positivas, propositivas y optimistas de los líderes políticos por encima de las actitudes negativas y de confrontación innecesaria.
Además, para ganar una elección se requiere sumar y multiplicar alianzas, y no restar ni dividir.
En Eduardo Neri la coalición Morena-PT-PVEM no se equivocó en elegir a Sara Salinas Bravo como su candidata a la presidencia municipal, a pesar de que algunos personajes de Morena decidieron no abrazar su proyecto y que finalmente se fueron a otros partidos a probar suerte.
Aquellos que se fueron solamente simularon apoyar a la Cuarta Transformación. Uno de ellos ya fue presidente municipal hace tres trienios y es recordado como un pésimo gobernante, ya que durante su gestión se disparó la violencia en Zumpango y en las comunidades.
Hace tres años fue reprobado en las urnas y perdió por amplio margen. Los zumpangueños ya no le dieron la oportunidad para despachar en el palacio municipal.
Me refiero a Pablo Higuera Fuentes, un personaje ligado a los actores políticos más cuestionados en la entidad: David Jiménez Rumbo.
Pablo Higuera añora el poder. No se conformó con los tres años que le tocó estar formalmente en la presidencia (2015-2018), ni con el periodo que le tocó encabezar su cónyuge (2018-2021). Y al ver que el PRD ya no le era útil para sus nefastos intereses, lo abandona y se acerca a Morena.
¿Y qué creen?
Las bases y los dirigentes de Morena nunca lo vieron con buenos ojos.
Quiso ser candidato de Morena a la presidencia municipal, pero no figuró en las encuestas. Pesaron más sus negativos.
La mayoría de los zumpangueños lo repudian por ser un ambicioso vulgar y un chapulín de la política.
Hace unos días fue presentado como candidato del Partido Laborista de Guerrero, uno de los ocho institutos políticos con registro estatal y que no tiene ninguna posibilidad de lograr el 3% de los votos el próximo 2 de junio.
La coalición Morena-PT-PVEM va bien en Eduardo Neri. Las imágenes no mienten. Sara Salinas es bien recibida por cientos de ciudadanos en las colonias y localidades del municipio.
Además de contar con una estructura electoral sólida, Sara Salinas ha logrado establecer alianzas con importantes actores políticos de su municipio, desde comisarios, comisariados de Bienes Comunales y ex presidentes municipales.
Algo que los ciudadanos le reconocen a sus casi tres años de gestión como presidenta municipal, es que Zumpango es más seguro que antes. Y eso se refleja en la actividad económica.
También le reconocen su buena relación con el gobierno estatal, porque es una alcaldesa comprometida con el progreso social de su municipio. Y esa excelente coordinación con la gobernadora Evelyn Salgado beneficia a Zumpango.
Luego entonces, un representante popular que realiza un buen papel tiene la autoridad moral para solicitar nuevamente el voto de sus gobernados.
Y Sara Salinas va en caballo de hacienda rumbo al 2 de junio.
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