Por Efraín Flores Iglesias // Las candidaturas no nacen, se hacen, se construyen, se edifican. No basta con ser un político mediático.
Hoy por hoy, el electorado le interesa saber más sobre el candidato, cuál es su pasado y cómo le ayudará a resolver sus problemas inmediatos.
En su libro “Marketing para el liderazgo político y social: autoridad y poder, cómo obtenerlos y retenerlos”, Ricardo Homs nos dice que “La influencia política de un líder depende de la credibilidad que genera, y ésta se sustenta en su trayectoria: logros y fracasos, y en su imagen ética y moral”.
Y la credibilidad de las acciones políticas, programas de trabajo, promesas de campaña electoral y todo aquello que se derive del trabajo político, se respalda en la credibilidad de la persona.
En el actual proceso electoral, varios presidentes municipales del estado de Guerrero buscaron por todos los medios la reelección. No todos tuvieron éxito para que sus respectivos institutos políticos los respaldaran nuevamente. Y se entiende. La mayoría de ellos tuvieron un mal desempeño, incumplieron sus promesas de campaña o se pelearon con sus compañeros y dirigentes de partido, como fue el caso de Norma Otilia Hernández Martínez en Chilpancingo.
Lo cierto es que algunos presidentes municipales sí compiten por la reelección, ya que sí estuvieron a la altura de las circunstancias, realizaron una buena gestión al frente del Ayuntamiento que encabezan, no los mareó el poder, evitaron confrontaciones estériles y no perdieron el contacto con su pueblo.
Uno de los gobernantes municipales que va a la reelección es la química bióloga parasitóloga, Sara Salinas Bravo, quien en 2021 ganó la Alcaldía de Eduardo Neri (Zumpango) a través del Partido del Trabajo (PT).
En aquella elección, Sara Salinas derrotó al perredista Pablo Higuera Fuentes, quien pretendía regresar a la presidencia municipal, y a los abanderados de Morena y de Movimiento Ciudadano.
A diferencia de otros presidentes municipales de la entidad, Sara Salinas siempre privilegió el diálogo con los actores políticos de su municipio, armó un buen equipo de trabajo, gobernó con responsabilidad a sus paisanos de Eduardo Neri y mantuvo una buena relación con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.
En sus recorridos por las colonias de Zumpango y las comunidades siempre encontró el respaldo de los ciudadanos y dirigentes, ya que trabajó sin distingos partidistas. Y fue la propia ciudadanía que la motivó para buscar la reelección como presidenta municipal.
Ahora no solamente es respaldada por el PT, sino también por Morena y el Partido Verde Ecologista.
El pasado sábado y ante más de 2 mil personas (militantes del PT, Morena, PVEM y ciudadanos sin partido), arrancó su campaña y se comprometió a seguir trabajando a favor de Eduardo Neri.
El evento se realizó en la alameda central “José Ma. Bernal”, a las 11:30 del día, dos horas después de que el pleno del Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) confirmara su candidatura por la coalición Morena-PT-PVEM.
Sara Salinas es una mujer con carácter y que genera confianza, entusiasmo y motivación hacia los demás.
No cabe duda que habrá continuidad para la transformación y el desarrollo en dicho municipio ubicado en la región Centro del estado.
ENTRE OTRAS COSAS… Es evidente que los candidatos a diputados locales (01 y 02) y federales (07) por la coalición PRI-PRD-PAN y de la coalición Morena-PT-PVEM sólo se están colgando de las campañas de los candidatos a las presidencia municipal de Chilpancingo. Para empezar, el dirigente estatal del PAN y que pretende llegar a la Cámara de Diputados, el costachiquense Eloy Salmerón Díaz, no ha arrancado formalmente su campaña.
Así las cosas en Chilpancingo y los candidatos de las dos coaliciones.
Y de Movimiento Ciudadano, ni se diga. Todos se cuelgan de la campaña de Mario Moreno Arcos, quien desde hace varios días ha sido cuestionado por su origen afromexicano, cuando todos sabíamos que era sierreño y avecindado en la capital del estado. ¡Zas!
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