SIN MEDIAS TINTAS

• Amílcar Sandoval, otra vez cuestionado
• Ejerce sin título de licenciado, ni cédula
• Usurpación de profesión, sería el delito

 

Jorge VALDEZ REYCEN

Carolina Ontiveros López, directora de Autorización y Registro Profesional de la Dirección General de Profesiones, dependiente de la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP, dirigió el oficio DGP/AJ/3995/2018 a un ciudadano (a) que solicitó el 24 de octubre del 2018 información sobre los antecedentes profesionales de Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, quien refiere es licenciado en economía.
Con fecha 8 de noviembre del mismo año, Carolina Ontiveros acata la instrucción del LAE Israel Barrios Hernández, director general de Profesiones de la SEP de informar que “no se localizó registro profesional” del aludido “para ejercer alguna profesión”. También advierte que “no prejuzga sobre los conocimientos y calidad de los estudios que la persona tenga o haya realizado”.
El documento de tres párrafos, sin embargo, deja abierta la posibilidad de que el aludido Amílcar Sandoval “puede tener su título profesional y no haber solicitado aún a ésta Dirección General de Profesiones su registro y expedición de la cédula profesional con efecto de patente, o bien, pudo haberlo registrado en otra entidad federativa”.
Si se advierte en el tiempo, es cuando estaba en curso el litigio ante tribunales electorales la elegibilidad de Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros como diputado plurinominal de Morena, juicio que finalmente ganó y logró hasta convertirse en presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXII Legislatura del H. Congreso del Estado.
Fue la “guerra sucia” que se vivió en la judicialización de un proceso electoral donde Morena obtuvo la mayoría de los distritos electorales y por ende se argumentaba una “sobrerrepresentación” en las plurinominales.
Lo cierto es que Pablo Amílcar dejó pasar sin responder ese señalamiento, que hoy nuevamente se filtra a los medios para “meter ruido” sobre un presunto delito que estaría cometiendo el diputado con licencia y ahora Delegado Federal de los Programas Integrales para el Desarrollo, como es usurpación de profesiones.
Argumento frágil, endeble, si el propio Pablo Amílcar exhibe su cédula profesional registrada en la instancia oficial. Esa simpleza sería un tapa-bocas a quienes aún ven como un pícaro bribón al “Súperdelegado”.
No hacerlo, sería tanto como otorgar un silencio de culpabilidad y llevar a cuestas un señalamiento moral, con tintes legales, de engañar no sólo a los guerrerenses, sino hasta al propio presidente de la República que lo designó como su delegado en Guerrero de todos los asuntos que competen al Gobierno de México. No es tan simple el caso. Y es lo que realmente adquiere matices de escándalo.
Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros pudo haber cursado la licenciatura de Economía en la UNAM, pero NO tiene cédula registrada en la Dirección General de Profesiones. Quizá tenga título, pero ¿por qué no hizo el trámite de registro?
También se le señala de no haber logrado concluir un postgrado en la prestigiosa Universidad de Yale, precisamente porque no acreditó estudios de licenciatura, o sea el título de licenciado, requisito esencial para obtener dicho grado. ¿Por qué tanto misterio y enigma de sus antecedentes profesionales? ¿Por qué callar?
Admitir ser un destripado de sus estudios no es afrenta, ni demerita sus conocimientos. Lo que sí le pegaría con todo es haber usurpado una profesión y endilgarse títulos no obtenidos con estudio… y también engañar al presidente.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.