Grave situación del 7 por ciento enfrenta la matricula escolar de las escuelas públicas de nivel básico de Acapulco a consecuencia del paso del Huracán Otis, por lo que poco más de 500 alumnos no están en las aulas.
Tras el abandono de centenares infantes en instituciones educativas, la educación en el municipio de Acapulco presenta un dilema complejo después del impacto de aquel fenómeno de octubre del año pasado.
De acuerdo a informacion vertida a través de la delegación de Servicios Educativos en esa región, el cálculo porcentual del abandono puede ocasionar el aumento al índice de rezago educativo que prevalece en Guerrero.
Se ventila que son varios los motivos que obligó a los pequeños a dejar las aulas, cuya reacción ha sido un retroceso lamentable para los alumnos de nivel básico al no contar y permencer con sus respectivos estudios.
Mientras que los docentes buscan estrategias, el problema del desempleo de los padres de familia y las malas condiciones en la que todavía se encuentran sus hogares no pueden restablecer el regreso a clases de sus hijos.
Al respecto, existen retos y desafíos para acercar en primera instancia a los alumnos, toda vez que después de algunos meses del huracán Otis, hay familias que todavía están afectadas y no recuperan en todo sus casas.
De tal manera, que maestros de ocho planteles educativos, entre escuelas públicas y privadas, vienen asistiendo a un curso donde mostraron los retos a enfrentar, el problema de la falta de niños y cómo atraer su atención y aprendizaje.
A casi cinco meses del impacto del huracán, hay más del 40 por ciento de perdida, mientras que los que todavía acuden a clases tienen una baja asistencia, lo cual ha causado grave preocupación entre los docentes.
Otro problema en referencia es la baja asistencia, debido a que padres emigraron debido al huracán, al quedarse sin trabajo, por lo que a ocasionó que tuvieran que buscar los medios de causa y razón a otros lugares.
Por ello, profesores de las escuelas afectadas han visualizado como estrategia en visitar a los alumnos a sus casas para incentivar para que regresen a las aulas y que haya un mayor compromiso en la comunidad educativa.