Enfoque || Héctor Astudillo Flores un soldado del linaje y la monarquía de la política en Guerrero

 

 Carlos Díaz Figueroa

“Soy un soldado que hace política correcta” definió Héctor Astudillo Flores al encontrar en esta ruta predisposiciones en ciudadanos que desean buscar otras opciones de cambio de persona, sin importar los colores partidistas.

Al responder sobre la crisis que viven los partidos políticos, el ex mandatario guerrerense puntualizó que obedece a que los presentes liderazgos están pervertidos y convertidos en sectoriales en apropiarse de las decisones.

El ex gobernador de Guerrero aclaró que la decisión de su salida del PRI no fue de un día para otro ni tampoco empujó al resentimiento, sino es producto de varios hechos conoctados a la arbitriaridad desde la cúpula nacional.

Hoy el “mal famoso Alito firma hasta una suplencia de una regiduría”, respondió en una entrevista basado a la actitud de orgullo egocéntrico del dirigente, por lo que no hay condiciones de participación y democracia.

La militancia y los liderazgos deben asumir a una conducta en congruencia y no en actos de inmoralidad, refutó Héctor Astudillo al señalar que “es de pena para el PRI y en lo particular también le da pena el mal famoso Alito”.

En una opinión encontrada, el ex gobernador coincidió y reconoce que en el PRI tuvo todo, aunque también correspondió en recíprocidad y cumpliendo políticamente de manera correcta y de tiempo completo a Guerrero.

No obstante, que el rompimiento se da y tiene dos nombre, el llamado mal Alito y Manuel Añorve, al no preocuparse del entorno del priismo cuando no pasa en un mejor momento y por encima y debajo se toman decisones hostiles.

Es decir, la rotura es tan evidente que el propio Añorve se ocupo y se encargo de hacer una serie de negociaciones personales, en ves de sumar llevo agua a su molino, por lo que ocasionó la clara separación de varios priístas.

No solamente es una inconformidad de Astudilo Flores al recordar que en una reunión con ex mandatarios estatales en Toluca, el ex gobernador Omar Fayart de frente al mal famoso Alito le advirtió que no le iba ayudar.

“No te voy ayudar porque te conozco perfectamente bien como vas fallar y como vas a terminar”, así textual fue el sentir del ex gobernador de Hidalgo en aquella convocatoria en apoyo a la prolongación de la dirigencia.

De tal manera, que el ex gobernador del estado definió también que para hacer cabeza de un partido se requiere de fuerza moral, que te respeten y que hagas algo por lo demás con desinterés y sentido de pertenencia.

Cabe precisar, que Héctor Astudillo fue una amenaza tanto para Alito como para Añorve por la inteligencia y aspiración de liderazgo en apoyar a verdaderos cuadros, en el caso, de Mario Moreno Arcos a la senaduria.