En Guerrero no se ha perdido el estado del equilibrio en el ejercicio político derivado del marco normativo del gobierno a la solución a las demandas sociales en atención y a la capacidad de forma eficaz, estable y legítima.
Lo anterior, a un balance significativo que se ha logrado en este tramo complicado con variados obstáculo a través del liderazgo político determinante y gobernable encabezado por Evelyn Salgado Pineda.
La gobernadora de Guerrero no solamente ha sobrellevado ciertas políticas en reactivación, sino se ha enfrentado al escenario donde se miden los gobernantes en la acción y la obra decisiva para actuar de frente a los hechos.
No simplemente fue el determinante en preservar a pesar de la situación del dolor humanitario y la destrucción de un fenómeno natural que implicó de formas propias hacerle cara a la realidad del desastre como un todo.
Evelyn Salgado Pineda demostró como mujer y en calidad de gobernadora mediante un razonamiento de prueba y error enfrentar desafíos con la reactivación económica y el desarrollo con la presente reconstrucción.
Y si algo que no se puede ocultar, y ha sido notorio, es la actitud concerniente con las causas sentidas que prevalecen aún en Guerrero como también los índices de extrema indecisión, aunque “no cede a rendirse”.
Quizá no se debe argumentar o justificar lo que acontece y que es un problema de décadas en cuanto a la política de seguridad ante un inseguridad en exceso, producto a la falta de combatir los rezagos e índices de pobreza.
Es decir, severa incertidumbre del pasado y el presente que es el centro del malestar, no obstante, que la gobernadora Evelyn Salgado afronta y viene corrigiendo en un combate con las viejas prácticas de corrupción.
Los casi poco más de 2 años del gobierno del estado no se pueden evaluar en la crítica y en el señalamiento directo de lo que se heredó y lo que es un compromiso en erradicar, prueba de ello, la actual gobernabilidad decisiva.
No ha sido fácil pero tampoco imposible ensayar en dirección para solucionar los complicados niveles de la política social y económica que por su pasado se ha logrado a medida del alcance la estabilidad del presente.
Por eso, la respuesta del gobierno federal, particularmente, del presidente López Obrador el apoyar a Evelyn Salgado porque efectivamente si a la gobernadora le va bien sin duda a los guerrerenses le puede ir mejor.
De tal manera, que en la ejecutiva del estado radica un liderazgo político determinante de gobernabilidad, en la que hay certeza propia para enfrentar los retos del cambio por más complejos que se presenten en la actualidad.