LA MARCHA DEL PASADO 5 DE MAYO ¿FUE CLASISTA?


Pero ¡por supuesto que sí! A la Marcha del Silencio acudió esa clase de gente que no se cree las mentiras de un falso profeta (porque así lo ven sus seguidores no porque lo sea); que está preocupada de ver como su país, nuestro país, se cae a pedazos a pasos agigantados día con día.
Fue esa clase de gente que no busca defender los supuestos privilegios que se les achacan para desacreditarlos y que no han perdido porque jamás los tuvieron.
Estuvo presente esa clase de gente que no quiere que le den limosnas a cambio de votos, como los más de 40 mil millones de pesos que llegarán directo a jóvenes que no estudian y que, supuestamente, están en búsqueda de trabajo como parte del programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro, sino generar fuentes de empleo para gente preparada.
Esa clase de gente que está aterrorizada por los más de 11 mil crímenes en tan sólo cinco meses, que ven como el estado ha sido rebasado y no tiene ni la menor idea de cómo poner punto final a eso.
La lista podría ser interminable, más aún cuando López Obrador prometió transformar México.
Salió a la calle esa clase de gente que no creyó jamás en las enormes expectativas que no ha cumplido López Obrador y sí en cambio ha tomado decisiones, la mayoría poco sabias.
Ese domingo estuvo la clase de gente que ve como pasa el tiempo y ningún proyecto se ha consolidado, lo cual no es bueno para un país con tantos desafíos como México, de lo cual también dan cuenta los mercados financieros.
También acudió a la marcha esa clase de gente que ahora no tiene trabajo porque por ser servidores públicos fueron despedidos.
Estuvo esa clase de gente que sí se da cuenta de que el ejecutivo federal está haciendo el trabajo sucio de Donald Trump al permitir que México se convierta en el país de acogida de los centroamericanos que buscan asilo en Estados Unidos.
No podía faltar esa clase de gente que se opone a la cancelación de la construcción del NAIM cuando estaba ya parcialmente construido, a un costo enorme para el presupuesto y el futuro del país.
La clase de gente preocupada por la formación de una Guardia Nacional, con un mando militar de facto.
La clase de gente que se vio afectada por el recorte del presupuesto en guarderías y en centros de apoyo para las mujeres violentadas, que en teoría les será entregado directamente.
La clase de gente preocupada por la construcción del tren maya en la península de Yucatán y que ocasionará serios problemas ambientales.
La clase de gente asustada por las inclinaciones autoritarias y demagógicas del tabasqueño y la falta de contrapesos institucionales en México.
La clase de gente que no concuerda con que las vacantes de la Suprema Corte sean ocupadas con sus simpatizantes, mientras la oposición política se encuentra en un estado de caos.
Y sí por ello la Marcha del Silencio del 5 de mayo fue clasista, pues les tengo noticias, sí lo fue, porque más tarde que temprano, cuando la realidad alcance a López Obrador y descubra que no puede cumplir sus promesas, esa clase de gente se multiplicará, pero será demasiado tarde.
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