Algunos especialistas a nivel nacional e internacional han cuantificado la reconstrucción de Acapulco entre 15 mil a 20 mil millones de dólares, equivalente a pesos mexicanos aproximadamente en 350 mil millones.
Esta enorme cantidad se requerirá para reconstruir la infraestructura hotelera, servicios públicos de agua potable, drenaje, energía eléctrica y alumbrado, vialidades, parques, escuelas, centros de salud, hospitales, unidades deportivas, semaforización, etc.
Gran parte de estos recursos serán obtenidos por los empresarios a través de financiamientos de instituciones crediticias y la parte correspondiente a la rehabilitación de la infraestructura pública, sería aportada de programas especiales del gobierno federal.
La reconstrucción requiere además, la actualización de los reglamentos de construcción del gobierno municipal, que considere materiales de mayor fortaleza capaces de resistir los embates de huracanes y terremotos, a fin de proteger a la sociedad contra fallas o mal funcionamiento de las edificaciones privadas y públicas. Las aprobaciones de impacto ambiental tendrán que ser más rigurosas.
Las consecuencias devastadoras del huracán “Otis”, puso al desnudo la fragilidad de los materiales prefabricados como losas, muretes de Tablaroca, entre otros. Así mismo, sustituir los cristales normales por cristales templados con persianas reforzadas en las partes exteriores o frontales de edificios y casas.
Hay que aprovechar la experiencia en otras ciudades que han sufrido embates similares y han asumido medidas preventivas drásticas, que han evitado daños mayores frente a la fuerza descomunal de la naturaleza.
Los tres niveles de gobierno tendrán que intervenir para que se cumpla al pie de la letra con los reglamentos de construcción, y se eviten de manera definitiva, las componendas y corruptelas que han penetrado a las dependencias responsables de autorizar las licencias de construcción y operación de los inmuebles. La prohibición de anuncios espectaculares se hace necesaria por el enorme peligro que representan.
Las viviendas de interés social o populares, construidas en fraccionamientos privados también habrán de sujetarse al mismo régimen, porque en esas construcciones se han observado deficiencias, o por su mala ubicación son proclives a inundaciones.
Estamos en el mejor momento para rectificar y enmendar la serie de errores y corruptelas cometidas, quedando al descubierto por el fenómeno meteorológico. En lo sucesivo deben evitarse y prepararnos para resistir las inclemencias del mal tiempo, que seguirá presentándose inevitablemente en los años venideros, por lo cual, nos conviene a todos, estar mejor preparados para evitar desastres mayúsculos y pérdidas humanas.
Marea Baja.- Con una cartelera artística de quinta arrancará el próximo 17 de diciembre, la tradicional Feria de Navidad y Año Nuevo, en la ciudad capital, que cada año viene a menos, debido al desinterés del Comité Organizador con la venía de la alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez.
El tradicional “Paseo del Pendón”, anuncio del inicio de los festejos, se ha transformado durante todo el recorrido por la ciudad, en bacanales en la vía pública protagonizado por jóvenes chilpancingueños ante el malestar de miles de familias que antaño disfrutaban del evento sanamente y en los últimos años, ha resultado un pingue negocio para las arcas municipales y los propios organizadores, que siempre argumentan perdidas en los informes financieros.
La controvertida alcaldesa Norma Otilia por más que se esmera en mantener una buena administración municipal, nomás no le resulta que le salgan bien las cosas, muchas veces se salen contraproducentes, ganándose la animadversión de los capitalinos.
Marea Alta.- Cada vez es más peligroso el oficio periodístico pues los riesgos son mayores principalmente para los colegas que cubren oportunamente la información policíaca, conocida como “la nota roja”.
Apenas la semana pasada cuatro compañeros estuvieron a punto de arrebatarles la vida, después de haber cubierto in situ, un hecho sangriento en una colonia popular de Chilpancingo, salvando la vida milagrosamente al refugiarse en las instalaciones de la zona militar.
La actividad periodística en Guerrero y en México, viene desarrollándose con grandes riesgos debido al auge del crimen organizado, e intereses oscuros que subyacen en la sociedad, sin que las autoridades competentes logren frenar o esclarecer la muerte de innumerables víctimas, en ascenso en los últimos años, a lo largo y ancho del territorio nacional.
No basta con la condena y protestas del gremio y organizaciones solidarias; la impunidad genera la violencia contra los periodistas, siendo tierra fértil para los perpetradores que raramente son detenidos y juzgados.
Maremoto.- Vale el reconocimiento a voluntarios y servidores públicos por sus esfuerzos para recuperar el Parque Papagayo, devastado casi en su totalidad por la furia del “Otis”, que arrasó con las instalaciones, flora y fauna, que embellecían a este simbólico centro recreativo.
Los esfuerzos humanos no serán suficientes, si no van acompañados de un presupuesto adecuado que solvente las apremiantes necesidades, tendientes a la rehabilitación total del principal pulmón de la ciudad, que hace apenas dos años fue reacondicionado con sumas millonarias por la SEDATU, que también debe de participar en esta reconstrucción, tan indispensable para la población local y visitantes.