Contexto Político || Guerrero: cachorros, juniors y compadres… al poder (Segunda parte)

Por Efraín Flores Iglesias // Quienes hoy son enemigos o adversarios, mañana pueden ser aliados. La historia así lo registra.

En las elecciones presidenciales de 2006, 2012 y 2018, el PRD, el PRI y el PAN fueron archi adversarios. Y ahora van juntos para contender por la silla presidencial y evitar un nuevo “Maximato” que pretende instaurar el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Mientras que Morena tiene ahora como uno de sus principales aliados al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), instituto político que en el año 2000 fue en alianza con el PAN para que Vicente Fox Quesada llegara a la Presidencia de la República, y que en las elecciones de 2006, 2012 y 2018 se alió con el PRI para impedir que López Obrador llegara a Palacio Nacional. Cosas de la vida. Pero, la política es así.

Y en Guerrero ocurre lo mismo. El PRD es el principal aliado del PRI, cuando en el pasado fueron los principales adversarios. Hasta muertos hubo.

Recordemos que el PRD denunció a finales del siglo pasado a los gobiernos de José Francisco Ruiz Massieu y de Rubén Figueroa Alcocer por la persecución y desaparición de sus militantes en varios municipios de la entidad. De hecho, Ruiz Massieu tachó al PRD de ser el partido de la violencia y de la sangre. Paradojas de la vida.

El agua y el aceite no se mezclan, pero la política es el arte de lo imposible. O sea, sí pueden unirse izquierda y derecha o liberales y conservadores.

La política es construcción de acuerdos, especialmente en una sociedad diversa como la que tenemos actualmente. El propio presidente López Obrador ha establecido acuerdos con Carlos Slim y otros empresarios a los que en su momento tanto cuestionó y tachó de “empresarios rapaces” y de estar al servicio de la mafia del poder. Y no se diga con personajes impresentables de la política y que ahora forman parte de su gobierno, verbigracia Manuel Bartlett Díaz (Comisión Federal de Electricidad) e Ignacio Ovalle Fernández (Segalmex).

La clase política guerrerense también ha tenido serios desencuentros. Los que mandan en el PRI, son el más claro ejemplo.

Después de concluir su periodo como gobernador de la entidad, el 31 de marzo de 1981, Rubén Figueroa Figueroa se confrontó con su sucesor, el cardenista Alejandro Cervantes Delgado, ya que no compartía su “tibieza” para gobernar Guerrero. 

En 1996 y luego de ser propuesto para concluir el periodo de Rubén Figueroa Alcocer –a quien rendía pleitesía en su calidad de dirigente estatal del PRI–, Ángel Heladio Aguirre Rivero se aleja de él y forma su propio grupo político, a tal grado que en 1998 cada quien tenía a su propio gallo para la gubernatura.

Desde “Casa Guerrero”, Ángel Aguirre apoyó a su primo Manuel Añorve Baños, quien un año antes había sido su secretario de Finanzas. Un hombre de todas sus confianzas. Bueno, lo fue en esa época. Después las cosas cambiaron. 

Y don Rubén Figueroa apoyó con todo el peso de su grupo político al entonces dirigente estatal del PRI y ex presidente municipal de Acapulco, René Juárez Cisneros, un personaje que provenía de cuna humilde y que fue muy cercano al ex gobernador Ruiz Massieu. 

Finalmente, la candidatura se decidió en una elección interna, la única consulta a las bases que ha realizado el tricolor en toda su historia. Y el ganador fue René Juárez, quien meses después –el 7 de febrero de 1999– se enfrentó en una elección constitucional muy cerrada con el perredista Félix Salgado Macedonio, contienda que finalmente ganó el oriundo de La Laja.

Durante los seis años que gobernó Guerrero, fue evidente el alejamiento entre René Juárez y su predecesor. Sin embargo, el figueroísmo mantuvo su alianza con el primer gobernador egresado de la Universidad Autónoma de Guerrero. 

Tiempo después surgieron otros personajes del PRI que se consolidaron políticamente, ya que la adversidad los unió. Me refiero a Manuel Añorve, quien en 2010 se desprendió del grupo de su primo y otrora “jefazo”, el ex gobernador Ángel Aguirre; y el ex presidente municipal de Chilpancingo y ex senador de la República, Héctor Antonio Astudillo Flores, quien en 2015 y luego de dos elecciones, asume la titularidad del Poder Ejecutivo estatal. Recordemos que la primera elección (2005) la perdió ante Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, de la coalición “Guerrero será mejor” (PRD-PRS-Convergencia).

La elección de 2011 fue la segunda derrota que padeció el tricolor guerrerense. Y se trató de una elección sui géneris, ya que se enfrentaron dos gallos del mismo corral: Manuel Añorve y Ángel Aguirre. 

El primero fue ungido candidato del PRI –el 6 de agosto de 2010– por la dirigencia nacional, que en ese tiempo encabezaba la tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel, y que contó con el apoyo de los ex gobernadores Rubén Figueroa y René Juárez, así como del entonces alcalde de Chilpancingo, Héctor Astudillo. Mientras que el segundo anuncio días después su renuncia a su militancia en el tricolor porque ya había amarrado con Marcelo Ebrard Casaubón, Luis Walton Aburto y “Los Chuchos” la candidatura de la alianza PRD-PT-Convergencia.

“Eres un cínico, traidor y mentiroso, debería darte vergüenza, después de que el PRI te regaló el gobierno y el senado al que llegaste (en 2006) perdiendo por más de cien mil votos, ahora los traicionas, no vas a engañar otra vez a los guerrerenses, ya te conocen”, escribió Rubén Figueroa Smutny en su cuenta de Facebook, en señal de reproche por la decisión tomada por el ometepequense.

La elección la ganaron Ángel Aguirre y sus ingenuos aliados de la izquierda electorera. 

El gobernador entrante limó asperezas muy pronto con los ex gobernadores Rubén Figueroa y René Juárez, Héctor Astudillo y otros priistas. Pero a su primo no lo perdonó en poco tiempo.

Rubén Figueroa Smutny se convirtió pronto en un personaje incómodo, no sólo para el grupo que encabeza su progenitor, sino para todos los grupos y/o equipos del PRI, ya que en 2013 y en su calidad de diputado local tachó a Manuel Añorve de “narcopresidente municipal de Acapulco” y de haber saqueado al ayuntamiento porteño.

Manuel Añorve no se quedó callado. También se lanzó duro contra el cachorro del jefe máximo del figueroísmo, a quien tildó de “bipolar”.

Y fue más allá: “Rubén Figueroa Alcocer es quien me ha estado mandando a su junior bipolar a estarme agrediendo sistemáticamente en redes sociales“, acusó vía Twitter.

La historia no acaba ahí…

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