Contexto Político || Guerrero: cachorros, juniors y compadres… al poder (Primera parte)

 

Por Efraín Flores Iglesias // Los principales bloques políticos nacionales han dado un paso importante rumbo a la elección presidencial de 2024, no así el partido “bonsái” denominado Movimiento Ciudadano (MC) que sigue presumiendo ser la tercera vía, pero que en los hechos, no tiene ninguna posibilidad de ganar.

El “Frente Amplio por México” (PAN-PRI-PRD) y los oficialistas (Morena-PT-PVEM) ya eligieron a sus representantes, coordinadoras o candidatas que se medirán en las urnas el domingo 2 de junio.

Me refiero a Xóchitl Gálvez Ruiz y Claudia Sheinbaum Pardo, dos mujeres ampliamente conocidas por los mexicanos y con posibilidades de suceder en el cargo a Andrés Manuel López Obrador

“Haiga sido como haiga sido”, Felipe Calderón dixit, los dirigentes nacionales de los bloques partidistas ya avanzaron en su proceso interno. Por lo que les corresponderá definir a los que serán sus candidatos en las 9 gubernaturas que se disputarán también el próximo año y analizar los perfiles de los que serán sus candidatos para el Congreso de la Unión, los Congresos estatales y las presidencias municipales. 

Todos hablan de democracia y del avance que han  dado las mujeres en política, pero nadie habla de las posiciones que obtendrán los caciques y virreyes en los estados. Sí, los dueños de las franquicias partidistas, llámese ex gobernadores, gobernadores en turno o influyentes integrantes del Senado de la República. 

Hablaré del caso particular de Guerrero.

Para nadie es un secreto que Guerrero es un estado de caciques, donde el poder se hereda de padres a hijos. Una vieja práctica que se realiza desde los tiempos del general Juan Álvarez Hurtado, el primer gobernador de la entidad, quien no conforme de gobernar en cuatro  ocasiones a los guerrerenses, impulsó a su hijo, el también general Diego Álvarez Benítez, para que también fuera gobernador. 

LOS FIGUEROA.- Después del Porfiriato y antes del surgimiento del Partido Nacional Revolucionario (hoy Partido Revolucionario Institucional), el profesor y militar Francisco Figueroa Mata ocupó dos veces la gubernatura de la entidad (del 17 de mayo de 1911 al 30 de noviembre de 1911 y del 16 de diciembre de 1918 al 6 de marzo de 1921).

Sus hermanos, los generales Rómulo y Ambrosio Figueroa Mata, fueron gobernadores también en esa época de los estados de Zacatecas (1915-1916) y Morelos (1911-1912), respectivamente. 

El gran mérito de los hermanos Figueroa Mata fue haber sido los precursores del movimiento revolucionario maderista en la entidad y haber participado activamente en el ejército de Venustiano Carranza.

Años después, en el México postrevolucionario, otros miembros de la dinastía Figueroa de Huitzuco serían gobernadores: Ruffo Figueroa Figueroa (Quintana Roo/1965-1967) y Rubén Figueroa Figueroa (Guerrero/1975-1981). Ambos eran hermanos e hijos de Nicasio Figueroa Fuentes y Eufemia Figueroa Mata (hermana de Francisco, Rómulo y Ambrosio). 

Doce años después de haber dejado el cargo el ingeniero Rubén Figueroa Figueroa, su hijo Rubén Figueroa Alcocer gana las elecciones de abril de 1993 y se convierte en gobernador de la entidad. El propio Figueroa Alcocer ha reconocido el apoyo que recibió de su padre para escalar políticamente.

José Rubén Figueroa Smutny, es otro miembro de la dinastía Figueroa. No ha sido gobernador, pero aspira a dicho cargo. Aunque es un político que se pelea con medio mundo.

Solamente ha sido dos veces diputado local (LVI y LX Legislatura) y diputado federal en la LIX Legislatura (2003-2006). 

Respecto al papel que jugaron los Figueroa durante la Revolución y en el México contemporáneo, es claro que no todos los guerrerenses califican bien su papel. Pero también hay un importante sector que no los ve mal, y mucho menos ahora en que se requiere más firmeza para combatir a los criminales que generan zozobra en Guerrero y todo el país.

LOS AGUIRRE, LOS ASTUDILLO, LOS AÑORVE…

El presidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952) dio pie para que se forjara una camada de “cachorros” o juniors que se habían preparado para participar en el poder bajo su protección y la de su partido: el Revolucionario Institucional… el otrora todopoderoso partido de Estado.

Ser hijo, nieto, primo, sobrino o cónyuge de un presidente de la República, gobernador, legislador o presidente municipal no es ningún delito ni un pecado.

Lo que mucho se ha cuestionado durante muchos años es el apoyo cínico o descarado que los familiares de un gobernante reciben para hacer campaña o para ocupar una curul en el Congreso por la vía plurinominal. 

En su libro “Los juniors del poder”, el periodista Francisco Cruz Jiménez señala que “políticos y funcionarios de todos los partidos encontraron el justificante para formar sus clanes, facciones o grupos y liderazgos e impulsar las carreras de sus hijos, primos, sobrinos y hasta esposas en puestos de elección popular y en el gobierno. Y lo hicieron a través de cargos de baja o moderada responsabilidad, pero de alto impacto: coordinadores en programas específicos de desarrollo social, regidores, alcaldes y diputados locales o federales de representación proporcional o senadores, hasta llegar a gubernaturas”.

Y vaya que tiene razón el autor de tan importante obra publicada en 2014 por Editorial Planeta-Mexicana-‘Temas de Hoy’.

Todos hemos leído, escuchado y atestiguado las denuncias que en cada proceso electoral han hecho (y seguirán haciendo) militantes de todos los partidos políticos, quienes se han quejado de que sus dirigentes y gobernantes surgidos de sus filas imponen a sus familiares, amigos y compadres en importantes candidaturas, y excluyendo siempre a las bases que durante muchos años han hecho “talacha” a favor del instituto político. 

Es la misma historia de siempre. Nada ha cambiado, ni cambiará. 

En el 2024 se verán los mismos rostros de siempre en el PRI. Algunos diputados locales serán designados candidatos a presidentes municipales o contenderán por un distrito federal. Y otros buscarán reelegirse…

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