Laura Nancy López de Rivera Hinojosa
Una bala disparada desde quién sabe dónde y por quién sabe quién ha provocado una tragedia. Esta vez fue en Cholula, Puebla.
El sábado pasado, un pequeño de 9 años de edad murió después de recibir un balazo en el pecho. Nadie escuchó la detonación ni vio nada.
La Fiscalía de Puebla ya inició una investigación para determinar de dónde provino la bala que mató al menor.
Eran las 23:30 horas del pasado 04 de mayo. en imágenes de la cámara de vigilancia del hotel María Sofía en el barrio Santa María Xixitla, de San Pedro Cholula, se observaba a Santiago, de 9 años de edad, cuando se dirige a un vehículo por salir del lugar.
Súbitamente se ve un destello. y el menor cae al suelo. su abuelo trata de levantarlo.
“Dice él, no escuché yo nada me volteo, me volteo porque el niño se cae, el pues su manera de actuar fue levantarlo y como pues perforó un pulmón el niño empezó a vomitar la sangre. Sí eso nos contó el niño, le pidió que lo abrazara y pues ya fue lo último que le dijo”, recordó Ángel Cortés, primo de Santiago.
Los paramédicos que llegaron al lugar reportaron que Santiago fue herido de muerte por una bala en el costado izquierdo del pecho.
“Lamentablemente el menor ya había fallecido”, dijo Cinthya Aguayo, síndico municipal de San Pedro Cholula.
-¿Había algún señalamiento de detonación de arma de fuego?
“No”, aseguró la síndico de San Pedro Cholula.
Según sus familiares, ese día el niño quiso acompañar a su abuelo Ernesto Arrieta Velázquez, quien es cuidador de autos en el hotel.
“Le dijo, te acompaño abuelo y solito le dijo pues vamos, pero te vienes temprano pasaron por él a las seis de la tarde y él dijo no, me quiero quedar un rato más con mi abuelo; nadie se imaginaba que iba pasar esto”, dijo Ángel Cortés, primo de Santiago.
Este martes, el cuerpo de Santiago fue despedido en la iglesia de Santa María Xixitla.
“Probablemente el llanto nos va a ganar somos humanos, pero vamos a darle gracias a Dios por lo que, durante 9 años, pudo compartir a nuestro hermano Santiago con nosotros”, comentó el párroco.
El féretro fue llevado hasta el panteón de la Magdalena, en Cholula.
Familiares, maestros y compañeros de escuela portaron flores y globos blancos.
“Era un niño muy bueno. Era un niño que cuidaba de sus hermanitos, que se preocupaba por la integridad de la gente. Los papás eran muy tranquilos, casi nunca faltaban a la escuela”, dijo María Teresa Fernández, maestra de Santiago.
Su entierro fue entre aplausos, dulces y música de mariachi.
“El anhelo de él era comprarles un coche a sus papás porque no tenían coche. A él su papá últimamente lo llevaba en la bicicleta”, compartió María Teresa Fernández, maestra de Santiago.