¿Sinceramente creen que el futuro de Pemex podía ser diferente cuando López Obrador puso al frente de la misma a un ingeniero agrónomo? Lo que me lleva a recordarles que cuando se acepta un puesto para el que no se está preparado, es ser corrupto.
Cómo nunca antes, como en ninguna otra administración, Petróleos Mexicanos inició este año con pérdidas de 35 mil 700 millones de pesos, pero lo que más debe alarmar es que la producción petrolera continúa disminuyendo.
La cifra se compara con una ganancia de 113,300 millones de pesos en el mismo trimestre de 2018.
La paraestatal informó que sus ventas retrocedieron 10.4% en el periodo para sumar 356,251 millones de pesos, afectadas principalmente por la entrada de nuevos competidores, aumentos de precios y el desabastecimiento que provocó una estrategia gubernamental contra el robo del combustible.
Ante ello, no veo la manera en que el mentado e irrisorio Plan de Desarrollo del tabasqueño pueda cumplir sus expectativas de crecimiento del 6 por ciento, con un promedio sexenal del 4 por ciento, cuando una de las empresas más importantes de México está en crisis.
En la compañía que dirige Octavio Romero Oropeza, la actividad por refinación cayó en 6.6 por ciento, a un promedio de 559 millones de barriles diarios durante el primer trimestre, cerca del 34 por ciento de la capacidad conjunta de las seis refinerías en el sistema de Pemex.
Respecto a su deuda, ésta está a la espera del paquete de apoyo financiero de Hacienda, que le permitirá usar recursos del fondo gubernamental.
Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos consideró esencial resolver la debilidad financiera de Petróleos Mexicanos, porque es un riesgo que podría poner en peligro la estabilidad macroeconómica del país, pues afecta la deuda pública y podría provocar una reducción de la calificación soberana.
No pues, solamente en la cabeza hueca y necia de López Obrador, vamos por buen camino.
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Saludos cordiales
Alejandra Munguía Cambrán